Hoy tenemos un postre muy fácil de hacer, versátil, suave en el paladar, con unas posibilidades decorativas infinitas. Se elabora con nata, leche, azúcar, vainilla y gelificante, y se suele adornar con mermeladas de frutas rojas. Se suele servir cubierto de salsa de frutas rojas.
La vaina de vainilla se puede sustituir por cuatro cucharadas de aroma de vainilla. Si ponéis cuatro hojas de gelatina la textura que obtendréis será parecida a la de un flan, pero algunas personas prefieren que sea más parecido a la de un yogur, entonces hay que poner tres únicamente. La cantidad de azúcar se puede adaptar al gusto personal de cada uno. La receta tradicional es con nata, pero hay gente que sustituye la mitad de la nata por leche, para obtener una receta con menos grasas. También se pueden hacer variantes más originales, como la de hoy, con cacao, pero la encontraréis hecha con leche de coco, con salsa de mango, café soluble, miel, etc. ¡Vamos!
500 ml de nata para montar (33% de grasa)
100 g de azúcar
4 hojas de gelatina
80 g de cacao en polvo
la pulpa de una vaina de vainilla
Variantes:
Podéis utilizar aroma de vainilla en vez de la pulpa de la vaina de vainilla
Podéis hacer exactamente igual sin cacao (versión más tradicional)
Se pueden poner unas cucharadas de miel al hervir la nata
Poder mezclar leche con nata (en el 30%-70%)
Se puede añadir un chorro de licor
Preparad los ingredientes.
Poned las hojas de gelatina a hidratar en un bol con agua.
Las tenéis que tener al menos 10 minutos.
Mientras tanto, poned la nata a hervir.
Vertéis el azúcar dentro.
En mi caso utilizaré una vaina de vainilla, pero podéis utilizar esencia de vainilla.
Rascad la pulpa de vainilla y tiradla dentro de la nata. Esperad hasta que arranque el hervor y lo paráis.
Pesadlo con una báscula.
Removedlo bien.
Tiene que quedar totalmente integrado.
A continuación tenéis que añadir las hojas de gelatina que habéis hidratado previamente.
Y ahora si, las ponéis dentro de la nata con el cacao todavía calientes.
Removedlo bien hasta que la gelatina quede completamente fundida.
A continuación, colad toda la mezcla. Siempre es importante hacerlo por si os ha quedado un trozo de vaina de vainilla por ejemplo.
Dejad reposar la panacota caliente a temperatura ambiente.
Una vez esté prácticamente fría ya podéis escudillar la mezcla. Previamente es importante untar ligeramente con aceite los vasos para poder desmoldarlos más fácilmente después.
Repartidlo bien.
La idea no es llenar estos vasos, si no utilizarlos como molde. Ahora dejadlos enfriar completamente y entonces reservadlos a la nevera un buen rato. La gelatina tiene que cuajar. Con cuatro horas es suficiente, pero podéis hacerlos el día antes sin problemas.
Ahora, con la ayuda de un cuchillo, desmoldadlo.
Y decorad el plato al gusto- Yo lo he acompañado de frutos secos y nata, con un poco de chocolate a la taza y granito de chocolate por encima también. La decorativa menta siempre aporta frescura y aroma en el plato.
¡Qué buena y suave!
¡Buen provecho!