Pasta brisa, "quebrada" o dulce. Es una masa muy versátil, ya que se pueden hacer muchas recetas. Está como la cara de una misma moneda donde, en la otra cara, tenemos la pasta salada.
Quizás es de las masas de pastelería más fáciles de hacer, la que menos tiempo se tarda en hacer y de las que más se utiliza.
Dicho de otra manera: es muy productiva.
Yo, como siempre, utilizaré mi máquina KitchenAid, pero lo podéis mezclar todo con las manos, que obtendréis exactamente el mismo resultado.
Y no se tiene que amasar (como si fuera un brioche), solo se tiene que mezclar bien y ya está.
También la podéis comprar hecha, aunque si la hacéis en casa estará más buena, ya que seguro utilizaréis la mantequilla que más os gusta.
¡Veamos-lo pues!
500 g harina floja
250 g mantequilla
125 g azúcar
60 ml leche
esencia de vainilla (opcional)
Mezclad la harina con el azúcar.
Añadid la leche.
Preparad la mantequilla, que esté pomada. No la deshagáis, pues hace falta textura, pero que no esté fría de la nevera. También dependerá si estamos en invierno o en verano. Es aconsejable sacar la mantequilla un rato antes de la nevera.
La incorporáis.
Si queréis (opcional) se puede añadir un poco de esencia de vainilla.
Montad la máquina y mezcladlo bien.
En cuanto lo tengáis bien mezclado, ya lo podéis sacar.
Haced una bola, la envolvéis con papel transparente y la reserváis en la nevera un rato. Hace falta que la mantequilla esté fría ahora, de lo contrario se os pegaría la masa.
Una vez fría la masa, ya la podéis trabajar.
La podéis estirar con un rodillo, con la ayuda de una pizca de harina para evitar que se pegue a la mesa.
Cuando tenga la medida conveniente, ya la podéis cortar.
Con un vaso podéis recortar unas tartaletas, por ejemplo.
Después de cocerlas, solo os hará falta rellenarlas de crema y decorarlas con fruta. Encontraréis este postre en nuestro recetario.
O también un pastel de manzana. ¡Buen Provecho!