Una nueva versión del tradicional Pastel de la Diada de Cataluña. Ya hemos hablado de aspectos históricos y hemos visto como hacer otros pasteles como el Pastel de la Diada con yema de huevo y el Pastel de la Diada con nata y trufa, con estelada y todo.
Pues bien, este año os traigo una versión hecha con hojaldre y crema pastelera, rápida de hacer, sencilla y barata, de un pastel vistoso que representa muchas cositas para los catalanes.
200 g de hojaldre (2 láminas)
1/2 litro de crema pastelera
gelatina en frío
gelatina de manzana
1 huevo batido
Primero de todo, haremos la crema pastelera. La podéis hacer la noche anterior si queréis. Se tiene que enfriar a temperatura ambiente y conservar dentro de la nevera.
A continuación, prepararemos las barras rojas con gelatina de manzana.
Ponemos al fuego tres o cuatro manojos como este en un bol con 1/5 parte de agua hasta que arranque el hervor.
Utilizaré colorante alimentario rojo.
Nos hará falta una bandeja que tenga un poco de altura. También lo podéis hacer en una fiambrera.
La gelatina arranca el hervor. Ya la podemos parar.
Incorporamos el colorante...
... y lo mezclamos bien con una varilla.
Qué color más sanguinolento, ¿eh? jeje.
Ahora, caliente, lo vertemos dentro de la bandeja procurando que nos quede un grosor considerable.
Lo dejamos enfriar a temperatura ambiente. Que cuaje.
Ahora nos centramos en el hojaldre. Yo he utilizado dos láminas de hojaldre y las he juntado con un poco de agua. Siempre os digo que el hojaldre se puede hacer en casa cuando se dan todas las condiciones y tenemos tiempo suficiente. De lo contrario, y como pasa a menudo, no vale la pena hacerla y es preferible comprarla.
Como os digo, se tienen que sellar bien las juntas entras las dos láminas.
Estas tiras nos servirán para dar más volumen a las esquinas.
Mojaos los dedos con agua...
... y de esta manera se enganchará una capa de pasta con la otra.
Colocad tiras en todos los laterales.
Ya lo podremos hornear, casi. Poned la pasta en una bandeja de horno con un papel de hornear. Batid un huevo.
Pintad sólo los laterales.
Así.
Ahora, llenamos una manga con crema...
... y rellenamos el interior del pastel. La crema pastelera cocida nos ayudará a que el interior de la pasta no suba y, además, nos hará una capa resistente en la parte baja del pastel. No os preocupéis demasiado por el dibujo ni por las rayas... que eso después no se verá.
Horneamos nuestro pastel a unos 180 grados durante unos 15 minutos.
Vigiladlo hasta que esté bien cocido y tenga buen color.
Una vez esté totalmente frío, ya lo podremos colocar sobre un cartón con blonda.
Ponemos en marcha la pala de quemar (o la ponemos al fuego si no es eléctrica).
Llenamos, de nuevo, una manguera pastelera con crema. Como veréis, no utilizo cornetes... sólo la manga, ya que no queremos decorar, sólo utilizamos la manga para escudillar.
Llenamos el interior del pastel con crema.
Echamos un poco de azúcar grano por encima...
... y quemamos la crema pastelera.
Ahora le daremos brillo con gelatina neutra en frío. Pero podéis utilizar la misma gelatina de manzana del principio ligeramente templada.
Esta gelatina, en concreto, es ideal para elaboraciones en frío, frutas, helados, etc.
Pintamos la crema, asegurándo de no estropear el pastel...
... y también la parte más visible del hojaldre. Reservamos el pastel en la nevera.
Volvemos a la gelatina roja. Haced tiras con un cuchillo fino.
Como tendréis mucha, podéis intentar sacar alguna tira y familiarizaros con su textura.
La mejor manera de separar las tiras es con las manos. El cuchillo puede estropear las tiras.
Procurad dar un acabado similar a la bandera...
Y ya lo tenemos acabado.
Tiene buena pinta, ¿no?
Tenéis que tener en cuenta que la gelatina puede desteñir. Por lo tanto, procurad colocarla sobre la crema minutos antes de servirlo en la mesa. Si la dejáis puesta toda la mañana... os puede quedar bastante feo en mesa.
Y nada más, una buena copita de cava, bien fresca... y a disfrutar de la Diada de Cataluña.
Por cierto, os tiene que gustar mucho la crema... por qué lleva, y mucha, ¿eh?
¡Buen provecho!