Ya habíamos visto como hacer el clásico Pastel de Sant Jordi de yema quemada. Hoy os traigo una versión, me atrevería a decir, muy elegante. He optado por servirlo con una rosa auténtica, para darle un toque más romántico. Así podéis regalar la rosa y el pastel al mismo tiempo. El relleno de los dos pasteles es de trufa cocida, pero en este caso lo he rebozado de chocolate granito, reservando un espacio para escribir el Sant Jordi con cobertura blanca.
Sencillo... con pocos ingredientes... sin embargo, si sois de los que les gusta el chocolate, disfrutaréis. Como veréis, he forzado un color más vivo de las planchas para tener un contraste de capas más vistoso. Como a todos los pasteles que hago, partiremos del supuesto que ya tenemos hechos los ingredientes principales, en este caso, la trufa cocida, el almíbar y las planchas de bizcocho. Espero que os guste.
3 planchas de bizcocho
azúcar baño (almíbar + se menee)
trufa cocida
chocolate "granito"
cobertura blanca
Ponemos los huevos con el azúcar, la glucosa, las claras, el emulsionante y el color en la batidora, le damos unas vueltas y enseguida incorporamos la harina con el impulsor Emulift-P... y lo ponemos a latir a máxima potencia durante 4 minutos.
Mientras, podéis ir preparando las bandejas para al horno con papel cuisson.
Ya tenemos la tortada emulsionada.
Con una manga pastelera hacemos una capa de masa...
... y las ponemos a cocer a 220-230 grados, sólo grill.
En 3 o 4 minutos estarán cocidas, si son finas. Haced 3 o 4.
Una vez estén bien frías, podremos sacar el papel, con mucho cuidado.
Como podéis comprobar, quedan esponjosas, delgadas, suaves y elásticas.
Perfecto, vamos a hacer el resto.
Preparamos los utensilios...
Preparamos el azúcar baño... y mezclamos el almíbar con brandy al 30%.
Mezcladlo bien.
Para hacer este pastel cortaremos las planchas por la mitad.
Calentad y preparad la trufa cocida, que quede untuosa...
Poned la primera capa con la parte "fea" u oscura hacia arriba. Bañadla ligeramente con azúcar baño.
Aplicad un poco de trufa cocida por encima...
Distribuidla bien, que quede una capa fina, no os paséis.
Ahora, ponemos una nueva capa de plancha pero por abajo.
El mismo proceso.
Más trufa.
Poco a poco vamos haciendo capas.
Asentadlas un poco, hasta que tengáis 4 capas de trufa.
Ahora recortamos las esquinas para dejarlo bonito.
Así.
Poned un molde en medio para escribir más adelante.
La parte exterior, la rebozaremos con chocolate granillo.
Poco a poco y paciencia.
Ya tiene buena pinta.
Preparad el cartón y la blonda definitivos... y una manga con trufa.
Con la ayuda de la paletina, trasladad el pastel a la blonda.
Mantened la paletina siempre plana y no estropearéis el pastel.
Ahora, con la manga decoramos un poco, al gusto.
Finalmente, poned a calentar al baño María un poco de cobertura blanca.
Que quede pomada... y que no esté caliente.
Haced un cornete de papel, lo llenáis con la cobertura y con unas tijeras cortadle la puntita.
Escribís Sant Jordi. Podéis hacer pruebas sobre un papel previamente.
Y como tenemos unas bolitas de chocolate... lo remataremos así.
Muy bien, ¿qué falta?
La rosa, efectivamente. Esta, de verdad.
Y ya lo tenemos hecho. Es un pastel que se conserva lo bastante bien durante 4 o 5 días en la nevera.
Servidlo acompañado de un cava bien fresquito.
Un buen pastel para una buena festividad.
Espero que os haya gustado.
Es suave... y muy esponjoso.
¡Buen provecho!