Hoy veremos como elaborar un sencillo pastel de trufa cocida, de aquellos que siempre gustan a todo el mundo, sobre todo a los más menudos de la casa. Siempre recomiendo tener la precaución de preparar el día anterior el azúcar baño, el bizcocho y la trufa cocida, ya que conviene que reposen. Al día siguiente, sólo necesitaréis una hora para terminarlo todo. Por lo tanto, es interesante repasar previamente la elaboración de estos ingredientes que he nombrado ya que, en el fondo, son otras recetas.
Este pastel se conserva muy bien en la nevera y lo podéis hacer tres o cuatro días antes de ser consumido. Y para acabar, acordaros de que si no queréis utilizar licor para el azúcar baño, podéis bañar el pastel directamente con almíbar o con leche.
1 bizcocho
azúcar baño (80% almíbar + 20% brandy)
trufa cocida
fideos de chocolate
nueces para decorar
Variantes:
- Podéis cubrir todo el pastel con fideos de chocolate o cambiar la decoración
Como hemos visto en anteriores elaboraciones de pasteles, el bizcocho siempre se tiene que recortar. Se le tiene que sacar la corteza superior y lateral, ya que no es nada estética. Los recortes se pueden aprovechar de muchas maneras.
Preparamos el azúcar baño. Ya teníamos hecho el almíbar del día anterior y reservado en la nevera. Ahora, lo mezclaremos con un poco de brandy. Es una cantidad muy mínima de alcohol y los niños pueden comer el pastel sin problemas, así se hace en muchas pastelerías. En cualquier caso, podéis obviar el licor o, como os comentaba en la introducción de esta receta, bañar el pastel con leche.
Bañadlo bien, haced dos pasadas si hace falta. Eso evitará que el bizcocho quede seco.
Preparamos la trufa cocida. También la tenemos hecha del día anterior y reposada en la nevera. Ahora, sólo es cuestión de calentarla ligeramente al fuego, en un cazo, hasta que tenga una textura más untuosa.
Si os pasáis y se deshace demasiado, dejad reposar un rato o añadid fría.
Aplicamos una buena cantidad sobre la capa inferior de nuestro bizcocho ya bañado.
Ahora, con la ayuda de una paletina, escudillaremos la trufa con el fin de repartir una misma cantidad por todas partes. No os recomiendo utilizar otros utensilios de cocina. Cuando cogéis práctica, la paletina será vuestra mejor aliada.
Colocamos la capa superior de bizcocho sobre trufa y aplicamos una cierta presión. Si fuera un pastel de nata le podríamos dar la vuelta a la capa superior del bizcocho, que nunca queda tostada, y de esta manera evitaríamos dejar vislumbrar esta parte más oscura. Vaya, que nos quedaría más estético en un pastel de relleno más claro. Pero si lo tenemos que cubrir con trufa cocida, que es bien oscura, ya nos está bien.
De nuevo, aplicaremos una buena capa de azúcar baño.
Una nueva capa de trufa cocida.
Y lo repartiremos bien.
Para poder manipular correctamente el pastel así como para poder aplicar la trufa a los laterales del mismo, es muy aconsejable utilizar una base redonda y firme de la misma medida que el pastel. Esta base puede ser de plástico, de hierro o de cualquier otro material. De forma casera, podéis utilizar la base del mismo molde de hierro donde habéis cocido el bizcocho (si es que no habéis utilizado un molde de silicona, ¡claro está!).
Una vez le hemos dedicado el tiempo necesario para repartir correctamente la trufa por todo el pastel, será el momento de rebozarlo (total o parcialmente) con fideos de chocolate, a la venta en cualquier gran superficie.
Con la ayuda de la base inferior que os comentaba antes, aplicaremos los fideos con la mano abierta. Retirad el exceso inclinando el pastel ligeramente.
Sólo rebozaremos la mitad en esta ocasión. De esta manera siempre tenéis la posibilidad de escribir un "Felicidades" con cobertura en la otra mitad. En este punto, podemos reservar el pastel en la nevera un rato. Recordad que estamos trabajando con mucho chocolate y tenéis que tener siempre en cuenta la temperatura ambiente.
A continuación, preparamos lo necesario para la decoración del pastel. Llenaremos una manga pastelera con un cornete rizado.
Seleccionaremos unas cuantas nueces peladas pero enteras, las más bonitas.
Prepararemos un cartón y blonda de la medida correspondiente.
Y ahora, con la ayuda de la paletina y con la trufa más cuajada, trasladaremos el pastel de la base para trabajar en el cartón y blonda. Colocad la paletina en la parte derecha del pastel y la mano izquierda sujetando la parte izquierda del pastel.
Si lo hacéis bien, sólo tendréis que retirar la paletina con mucho cuidado.
Ahora, con la manga, aplicaremos una cierta decoración en el pastel, la que más os guste.
Unas rosas de trufa no pueden faltar.
Y lo remataremos con las nueces.
Ya está el pastel acabado. Reservadlo en la nevera hasta el momento de ser consumido.
Y aquí lo tenéis.
Un pastel bueno, y relativamente fácil de elaborar.
¿Lo queréis ver por dentro, verdad? fisgones.
Venga, serviremos una porción.
Ummmm.... ¡una copita de cava, por favor!
¡Buen provecho!