Por una parte, me daba rabia tener que hacer un pastel entero de fondant. Sí, sí, ya sé que queda muy bonito, pero con tanto azúcar aquello no hay quien se lo zampe. Por otra parte, tenía claro que un pastel tradicional resultaría mucho mejor al paladar, pero dibujar un Spiderman de chocolate por encima no tendría el mismo impacto visual que tiene el fondant. Y es que con el fondant, nos guste o no, encontramos una textura moldeable muy interesante que nos permite hacer volar nuestra imaginación. Eso es innegable. Pero permitidme aclarar, también, que saber trabajar el azúcar no es sinónimo de maestro pastelero. El hecho de saber esculpir el fondant, en el fondo, equivale a la misma habilidad y talento demostrados con otros materiales moldeables como la plastilina. La pastelería de verdad, la auténtica quiero decir, va mucho pero mucho más allá de lo que este pequeño mundo del azúcar representa, que yo clasificaría como una rama más del arte pastelero, como lo puede ser la confitería, la bombonería, la bollería o la repostería.
Entonces, ¿estamos ante un artista o un pastelero? Un maestro pastelero podría ser considerado un artista de la decoración con azúcar, pero esta afirmación no funciona al revés. Y aquí, precisamente, está donde radica la diferencia y donde se malinterpreta el concepto de "pastelería creativa", como si la pastelería de siempre no hubiera sido nunca creativa.
1 bizcocho
azúcar baño (80% almíbar + 20% brandy)
fideos de chocolate
cobertura de chocolate negro
1 tarro de mermelada de melocotón
Para la trufa clara para montar:
500 ml de nata para montar
35 g de cobertura de chocolate negro
80-100 g de azúcar
Para la figura de Spiderman:
1 bizcocho pequeño
azúcar baño (80% almíbar + 20% brandy)
mermelada de melocotón
100 g de fondant color rojo
50 g de fondant color blanco
50 g de fondant color negro
Variantes:
- Podéis rellenar el pastel con otras mermeladas o confituras
- Podéis bañar el pastel directamente con leche en lugar de azúcar baño
Os lo he explicado muchas veces, pero hoy lo volveremos a hacer. Una vez tenemos el bizcocho cocido y frío le tendremos que sacar la corteza o parte más oscura. Es una cuestión de estética y una práctica muy habitual en las pastelerías profesionales.
Con cuidado, sacaremos la parte superior.
También recortaremos las esquinas.
Estos recortes los podéis aprovechar para hacer púdíng, tarta tatín, tiramisú, etc. La parte inferior del pastel no hace falta tocarla.
También aprovecharemos para dividir el pastel horizontalmente en dos capas.
Ahora prepararemos lo que se llama "azúcar baño" o mezcla de almíbar con brandy. Yo hago 80% almíbar + 20% brandy. Es poca cantidad para los niños y aportará un gran aroma. Si no queréis añadir licor, pintadlo sólo con almíbar o con leche.
Mezclamos bien el azúcar baño.
Reservamos el pastel y vamos a montar la trufa clara. Esta trufa la habremos preparado el día anterior y habrá reposado una noche en la nevera.
Cuando le falte poco para acabar de montar, añadiremos el azúcar.
Una vez montada, mezclaremos un poco de trufa clara con la mermelada.
¿Qué colores, eh?
Y esta mezcla será la que pondremos como relleno sobre el pastel.
Seguidamente, lo cubriremos con la parte superior del pastel.
Que también bañaremos con azúcar baño.
Ahora tendremos que cubrir todo el pastel con trufa clara. Escudilladla con una paletina. No utilicéis otros utensilios. La paletina es el único utensilio pensado por esta función, y vale la pena comprar una.
Como os comentaba antes, la base que hemos colocado debajo del pastel nos permitirá levantarlo con una mano...
¿Procurad que quede decente, eh? ¡esforzaos un poco!
A continuación aplicaremos unos fideos de chocolate en el lateral del pastel, que quedará muy bien.
Lo haremos utilizando la misma técnica de levantar el pastel con una mano y aplicar los fideos con la otra.
Por último, llenaremos una manga pastelera con un cornete estrellado.
Y haremos unas rosas de trufa en los laterales.
Muy bien, ya casi tenemos el pastel acabado.
Os recomiendo que lo reservéis en el congelador, como cualquier otro pastel de nata. Lo tendréis que sacar una hora antes de consumir y estará perfecto.
Recortaremos una pieza de bizcocho pensando que nos tiene que cuadrar bien en medio del pastel que hemos hecho.
Procuraremos darle forma de cabeza o de cara.
lo pintaremos con un poco de azúcar baño.
Ya tenemos asegurada la parte más sabrosa del pastel. Ahora vamos a por la parte más creativa.
Los que habéis tocado el fondant, ya sabéis que antes de utilizarlo se tiene que trabajar un rato con las manos para darle una textura adecuada.
En el caso que nos ocupa hoy, el Spiderman, el fondant de color rojo será el que más utilizaremos.
Lo trabajamos, igual que el blanco y el negro.
Ahora, con un rodillo, estiraremos una capa de fondant rojo.
Aplicaremos esta capa sobre el mini pastelito con forma de cara que hemos hecho.
Diseñaremos los ojos y...
y los engancharemos al fondant rojo. No hace falta que estén perfectos ya que los cubriremos con fondant negro más adelante. Por cierto, venden un pegamento especial por fondant, comestible, pero no os hará falta. Y si os hace falta, aplicad una mínima humedad (agua) que también os hará de pegamento.
Con esta tira dibujaremos el contorno de los ojos. Aquí sí, procurad que quede lo mejor posible.
Seguidamente, haced tiras negras más delgadas con las que simularemos la tela de araña.
¡Paciencia chicos! ¡es un momento divertido!
Poco a poco, iremos diseñando nuestro Spiderman hasta completarlo.
Se podría hacer mejor seguramente, pero yo estoy bastante contento con el resultado.
Ya tenemos el careto del Spiderman hecho. Lo reservaremos en un sitio fresco y seco. No hacen falta nevera ni congelador, pero tenéis que evitar fuentes de calor próximas. Si queréis, cubridlo con un poco de papel.
¿Y qué nos queda hacer? la parte del chocolate. Donde se tiran de cabeza los niños y las niñas cuando ven un pastel. Prepararemos una decoración extra hecha con cobertura de chocolate.
Partidlo a trozos.
Ponedlo al baño María.
Hoy os enseñaré un pequeño truco, si es que se le puede llamar truco. Recortad la mitad de una hoja dinA4.
Removed la cobertura para facilitar que se deshagan los grumos.
Hasta que esté completamente deshecha. Ahora dejadla atemperar fuera del baño María. Para ir bien, la cobertura tiene que estar a la misma temperatura que el cuerpo humano. La manera que tienen los pasteleros de comprobarlo es provocando el contacto de la cobertura con el labio inferior, que es una parte del cuerpo humano muy sensible a la temperatura. Si la notáis más bien fría, significará que está al punto. Si la notáis caliente tendréis que esperar. La diferencia de tratarla fría o caliente será la calidad visual que tendrá. Si está fría brillará y será atractiva a la vista. Si está caliente, quedará mate y con vetas blancas, muy fea. Pronto publicaré una entrada para explicar cómo tratar la cobertura de chocolate y hacer bombones, turrón, monas y huevos de pascua, etc.
Con la cobertura atemperada, pondremos una buena cantidad sobre la hoja que hemos recortado.
Procurad no llegar a los extremos.
Seguidamente haced movimientos con la hoja para repartir correctamente la cobertura y evitar marcas y burbujas.
Dejadla enfriar. Poned la hoja dentro de la nevera durante un rato.
Una vez fría, ya la podréis cortar con un cuchillo fino.
Hoy le daremos forma de pinchos. A continuación, dejadlo en nevera un buen rato hasta que la cobertura esté totalmente cuajada (1 hora).
Entonces, y con mucho cuidado, podréis retirar estos pinchos de chocolate del papel. Reservadlos en la nevera hasta el momento de utilizarlos. Manipulad con las manos el mínimo tiempo posible el chocolate. Ya sabéis que el mismo calor de nuestro cuerpo puede fundir el chocolate.
Aprovechad que habéis deshecho cobertura y haced un cornete de papel.
Con unas tijeras cortad la punta, bien fina.
Y ale, a escribir, a hacer pruebas y,
Aquí no os quiero engañar. Eso de escribir con chocolate es más complicado de lo que parece y necesitaréis una pizca de práctica. Por eso, os recomiendo que antes de escribir directamente en el pastel, realizad pruebas sobre papel. En este ejemplo, he escrito felicidades en un papel y he unido todas las letras con una tira que haga de base. Además, he procurado acabarlo con tres pinchos. ¿Y por qué? efectivamente, para poder clavarlo en el pastel, lo veréis más abajo.
Si queréis, podéis poner un punto de chocolate decorativo encima de cada rosa de trufa clara. Y por fin, el momento culminante: el montaje del pastel. Lo sacamos del congelador y aprovechamos para retirar la base.
Lo pasaremos a un cartón con blonda con la ayuda de una paletina.
Muy bien.
Con la paletina, también, incorporaremos la cara del Spiderman al pastel.
Seguidamente, haced unas incisiones justo al lateral de la cara, donde clavaremos los pinchos de chocolate.
Muy bien.
Ponemos los pinchos...
y esto casi lo tenemos acabado.
¡Sólo nos quedará clavar un Felicidades!
Y la vela, claro está.
Y aquí lo tenéis acabado.
Los pinchos le dan volumen al pastel y así gusta mucho a los pequeños de la casa.
¡Ups!, me he olvidado un punto de chocolate sobre una rosa... ¡jeje, las prisas! ¡que se me quemaba el pollo en el horno!
Y poco más que explicar.
Bien, sí, cortarlo y verlo por dentro, ¿no? ¿siempre da gusto cortar un pastel, verdad?
¡Pues venga, dadme platos!
¡Está muy bueno el pastel (el fondant no tanto!).
La verdad es que una pequeña cantidad de fondant es más "comible", mezclada con todo el resto.
¡Buen provecho!