Más de moda no pueden estar las patatas aplastadas, o también conocidas como "smashed potatos". Una forma diferente de comer patatas, además de una guarnición original para acompañar otros platos. ¡Vamos a ello!
- 500 g patatas micro con piel
- 1 pastilla de caldo
- Queso Grana Padano en polvo
- Queso para gratinar
- Sal en escamas
- Sal
Para hacer el adobo:
- 1 cucharada de chile
- 1 cucharada de sal
- 1 cucharada de orégano
- 1 cucharada de ajo y perejil seco
- 1 cucharada de comino
- 1/2 cucharada de pimienta blanca
- 1/2 cucharada de pimentón dulce y/o picante
- 1/2 vaso de aceite de oliva virgen extra
Las patatas tipo "micro" están especialmente indicadas para hacer esta receta. Lávalas bien, pues se comen con piel.
Pon las patatas a hervir dentro de una olla con agua, sal y una pastilla de caldo.
Pasados unos 20-25 minutos, cuando estén cocidas, ya las puedes escurrir.
Prepara el adobo de las patatas mezclando todas especies.
No te olvides de la sal.
Yo utilizo un "smasher", o utensilio diseñado para aplastar tanto la carne como las patatas, pero puedes utilizar cualquier aparato que pueda hacer la misma función. Un vaso ancho sirve.
Es importante colocar un papel sulfurado debajo, para evitar que se peguen demasiado.
Aun así se pegarán un poco, y sobre todo si están calientes todavía. Utiliza una paletina para moverlas con seguridad.
Pon un papel de horno en una bandeja de horno y píntalo con el adobo, de forma generosa.
Coloca las patatas aplastadas encima.
Ahora pinta las patatas con el mismo adobo.
Y ponlas al horno, a unos 190-195 grados durante 15-20 minutos o hasta que estén tostadas y crujientes por fuera.
Cuando falten 5 minutos para acabar la cocción, añade el queso en polvo o para gratinar, como más te guste.
Y una vez dorado el queso, ya las puedes servir con un poco de sal en escamas por encima.
Estas, con queso para gratinar, están igual de buenas. ¡Buen provecho!