Hoy os traigo las bravas de toda la vida que hemos comido en Cataluña, o al menos son las que más nos acostumbran a servir. No he querido llamarlas al estilo catalán...por qué considero que no son muy representativas de la cocina catalana. En todo caso, lo serían más unas patatas con alioli. De hecho, estas de hoy, se pueden encontrar por toda España....pero con la capacidad de metamorfosis que tienen las patatas bravas (o su salsa) dependen de allí dónde vayas (en cada bar las hacen diferentes).Eso si, para bravas en Madrid.
2 patatas de freír
aceite de girasol
sal
Para la salsa:
Mayonesa, Ketchup, Mostaza, pimienta negra, pimentón picante, salsa brava
Variantes:
Las cantidades de los ingredientes (y de picante) para hacer la salsa irá en función de vuestros gustos
Limpiamos y pelamos un par de patatas por freír. Utilizad un pela-patatas que va fantásticamente bien.
Cortadlas en 3 trozos horizontalmente.
Después, haced cuadraditos... que queden más o menos así.
Este son los componentes de la salsa brava. La marca de mayonesa no importa demasiado... el resto sí.
Pondremos cuatro cucharaditas de mayonesa.
Dos de ketchup.
Mientras, iremos friendo nuestras patatas.
Si hacéis doble fritura, mucho mejor: una a fuego lento para cocer y la segunda bien caliente para hacerlas crujientes.
Tiraremos la cantidad de salsa brava que queramos. Probadla antes. Pica pero es un picante que se aguanta bien. Yo he puesto como cuatro cucharadas. Hay otros, pero a mí me gusta esta.
Una cucharada de mostaza estilo inglés. Es muy diferente de las otras y soy todo un fanático.
Finalmente, añadimos la pimienta negra y la cantidad de pimentón picante que queramos (1 cucharada). Vamos probando cómo está de picante hasta llegar al punto ideal según nuestro paladar.
Acabamos de hacer al doble frito...
... y las reservamos en un papel absorbente.
Ahora las salaremos...
... con cariño, que todas tengan su ración de sal... ni mucha ni poca...
... las serviremos en un plato metálico o de barro...
... tiramos la salsa por encima... que se calentará con el mismo calor de las patatas...
... y listos... a comer...
Son las que hemos comido en los bares de Cataluña... de toda la vida.
Acostumbran a gustar a todo el mundo estas, todo depende del nivel de picante.
¡Buen Provecho!