No hace falta decir que es un plato contundente y no se puede abusar, ya que llena mucho. El relleno se puede hacer más o menos sólido. Podéis optar por hacer el relleno sin triturar, o como lo he hecho yo, triturado, ya que me ha parecido que le aportaría en estas patatas un toque más fino al paladar. De esta manera la pasta queda similar a la de los canelones.
1 kg. patatas blancas de Olot
2 cebollas
miga de pan
un chorro de leche
3 tomates
400gr. carne picada (ternera/cerdo)
1 vaso de vino rancio
una pizca de nuez moscada
pimienta negra
3 claras de huevo
1 ramita de romero
aceite de oliva
aceite de girasol para freír
agua
sal
Empezamos por preparar todos los ingredientes.
Rayamos los tomates maduros.
Ahora, utilizaremos la miga de pan de dos rebanadas de pan de payés grande... y las remojaremos con un chorro de leche.
Lo mezclamos bien hasta hacer una pasta.
Ahora mezclamos la carne picada con esta pasta... la podéis salar y pimentar ahora o después. Lo reservamos.
En una cazuela con un chorro de aceite de oliva... pondremos una ramita de romero fresco.
Enseguida se freirá. Lo retiramos. Ya tendremos el aceite aromatizado.
En este mismo aceite haremos el sofrito. Pondremos la cebolla picada y la dejaremos cocer 12-15 minutos.
Cuando coja color la cebolla, incorporaremos el tomate rayado.
Seguidamente, la carne... y lo removemos todo junto.
Lo pimentamos un poco...
... y echamos una pizca de nuez moscada. No demasiada ya que aromatiza mucho.
Removedlo durante unos minutos... que se haga la carne.
Ahora echaremsos el vino rancio. Si no tenéis podéis echar brandy o vino blanco.
Yo lo hago a ojo, pero más o menos una copita.
Lo tapamos y lo dejamos reducir durante unos 15-20 minutos a fuego medio-bajo.
Mientras, iremos preparando las patatas, que pelaremos con cuidado.
Las tendréis que cortar en rebanadas... ni demasiado grandes ni demasiado delgadas.
De vez en cuando, vigilad la carne... que no se enganche y se queme.
Una vez hecha la carne, a mí me gusta triturarla para darle una textura cremosa, pero este paso no haría falta hacerlo si no queréis.
Lo trituramos.
Nos quedará una especie de pasta como la de los canelones. Dejadlo enfriar.
Ahora, con aceite de girasol limpio, freiremos las patatas, pero no del todo.
Que se puedan comer pero que les falte un punto de tostado. Las iremos reservando en un papel absorbente.
Con la pasta ya fría y las patatas también... nos dispondremos a rellenarlas.
Poned una cucharada generosa encima de una patata.
... lo cubrís con otra patata de la misma medida.
Apretad ligeramente para asentarlo.
Haremos lo mismo con el resto de patatas.
Ya sólo nos queda el último paso: rebozarlas con clara de huevo. Con tres claras tenemos suficiente. Batidlas.
Como si de un rebozado normal se tratara, mojad las patatas rellenas con mucho cuidado que no se os desmonten.
Perfecto.
Y ahora, aceite bien caliente y un minutito de cocción por cada lado.
Ya tenemos la primera.
La reservamos en papel absorbente.
Y hacemos el resto. Pensad que este rebozado sellará las patatas e impedirá que salga el relleno.
Ya las tenemos todas.
Ya las podemos emplatar. Yo he puesto unas judías salteadas de guarnición.
El toque de romero le dará un aroma excepcional al plato.
Pues no tienen más misterio... las patatas de Olot, pero bien buenas que están.
¿A que probaríais un trocito ahora?
¡Buen Provecho!