Hay tantas maneras de hacer unas patatas rellenas como familias. Aun tratándose de un plato que a veces se presenta con caldo, hoy no hablamos de ningún guiso y, por lo tanto, estas patatas quedan un poco secas. Eso sí, siempre se pueden acompañar de salsa mayonesa, salsa brava o la salsa que más os convenga. Que aproveche.
8 patatas medianas
100 g de carne de ternera picada
100 g de carne de cerdo picada
2 dientes de ajo picados
2 huevos duros
1 cebolla picada
1 vaso de vino rancio
aceite de oliva
agua
sal
Para hacer la picada:
aceite de oliva
azafrán
perejil
Variantes:
- Se pueden rellenar con la carne de la pelota de la Escudilla o cocido
- Podéis acabar el plato empolvando harina de galleta y queso rayado por encima y gratinándolo.
- La pulpa que se saca al vaciar las patatas se puede mezclar con el resto del relleno

Preparamos los ingredientes.

La carne picada es interesante que sea ternera y cerdo al 50%, pero podéis hacer vuestras proporciones.

La patata, nueva, la lavaremos bien, ya que la herviremos y la consumiremos con piel.

Ponedlas a hervir unos 20-25 minutos, hasta que estén tiernas por dentro.

Mientras tanto, iremos cortando la cebolla...

y la picaremos bien pequeña.

Haremos lo mismo con el ajo.

En una sartén con un buen chorro de aceite de oliva doraremos el ajo.

Seguidamente, incorporaremos la cebolla y dejaremos hacer el sofrito unos minutos, hasta que la cebolla esté hecha.

y salamos la carne picada.

Y ya podemos incorporar al sofrito.

Lo removeremos un rato procurando deshacer bien toda la carne.

Cuando la carne haya cambiado de color totalmente...

...añadiremos el vino rancio.

Aproximadamente una copa de vino.

En este momento picaremos un poco de perejil fresco.

Lo colocaremos dentro de un mortero...

con un poco de aceite de oliva virgen extra...

... y el azafrán.

Con una mano de mortero haremos la picada.

Hasta que quede todo más o menos integrado.

Ahora picaremos el huevo que teníamos reservado. He hecho dos por error, pero solo utilizaré uno.

El vino ya ha reducido.

Añadimos el huevo.

Lo removemos todo junto un ratito más y ya lo podemos reservar con el fuego apagado.

Por otra parte, las patatas ya están bien cocidas.

Las reservamos un rato hasta que se puedan manipular.

Las cortaremos por la mitad más ancha.

Perfecto.

Ahora, con la ayuda de una cucharilla, iremos retirando la parte central de las patatas. No os paséis o se os pueden romper. Mejor pecar de sacar poco que de sacar demasiado. La patata sobrante la podéis mezclar con la carne o reservar para hacer otras elaboraciones como podría ser una crema de verduras.

Ahora colocaremos las patatas vacías en una bandeja de horno.

Las rellenaremos con la carne que tenemos reservada.

Haced una cierta presión sobre la carne para asentarla y dar estabilidad al conjunto.

Poco a poco, vais llenándolas todas.

Finalmente, rociaremos las patatas con la picada de perejil que hemos hecho.

Así.

Si queréis, y cómo se comenta en las variantes, las podéis acabar cubriendo con un poco de queso rayado. Yo he cubierto unas cuantas solo y así tendremos para escoger.

Solamente nos queda gratinarlas al horno a unos 200 °C durante 15 minutos.

Huelen muy bien.

Y buena pinta también.

Las servimos bien calentitas.

Y a disfrutar de unas tradicionales Patatas rellenas, con un buen vino que las acompañe.

Ummmm.

Las de queso tienen un plus de sabor, claro está.

Y en mi caso he querido servirlas con una salsa brava hecha con mayonesa, ketchup, mostaza, tabasco y pimienta negra.

¡Buen provecho!