¿Quién no ha disfrutado nunca de unos "pets de monja" (pedos de monja)? Los pedos de monja tienen que ser duros, crujientes y contundentes.
En realidad, todo se resume en la cantidad de harina que tenemos que utilizar para hacer la receta.
250 g de harina
150 g de azúcar blanco
3 huevos (medida media)
la ralladura de medio limón
Variantes:
Podéis añadir un poco de canela de en polvo
Podéis utilizar azúcar moreno, que es menos dulce que el blanco
Preparad los ingredientes
Romped los huevos en un cuenco.
Añadid el azúcar.
Con una varilla, removedlo con ganas.
Hasta que tenga una textura cremosa.
En este punto, añadid la ralladura de limón.
Con media hay suficiente. Un limón es demasiado.
Ahora, ya podéis incorporar la harina.
Con una lengua, removedlo con suavidad.
Hasta que quede la harina totalmente integrada.
Os tiene que quedar una textura bastante cremosa.
Para escudillar, utilizad una manguera con un cornete liso de medida pequeña.
Escudillad sobre la bandeja de horno con papel cuisson. Si lo hacéis con un cornete todavía más pequeño, le podréis dar la típica forma de teta, con la puntita superior, ¿me entendéis verdad?
Procurad hacer todas las redondas de la misma medida y, lo más importante, colocarlas de forma equidistante.
La separación entre ellas garantizará una perfecta cocción. Con 6-7 minutos a 180 grados los tendréis hechos, pero eso del horno ya sabeis que es un mundo. Los ponéis a 180 grados y los vigiláis hasta que estén cocidos.
Dejad enfriar los pedos de monja.
Y ya los podréis servir.
Con el café, a media tarde, para desayunar, siempre entran bien, ¿verdad?
¡Buen provecho!