Uno de los mejores postres que conozco y que siempre hago para fin de año. Digno para cualquier gran celebración (Navidad, Fin de Año, Reyes, etc..). De verdad os lo digo, ¿eh?... me lo enseñó a hacer a mi maestro pastelero cuando yo era todo un aprendiz... y le tenía la misma devoción a la receta que la que yo tengo ahora por ella. Aparte de estar super super buena esta piña, resulta ideal después de una cena de fin de año... después del marisco... o de un buen pica pica... y casa absolutamente bien con todos los cavas.
Mira que he hecho postres y pasteles en la pastelería... pero este, mira, me tiene robado el corazón. No cuesta demasiado hacer, así que os invito a intentar hacer esta receta. Lo de la sopa de fresas es totalmente opcional y la decoración la podéis hacer con chocolate o con un barquillo encima también. Alguna vez he pedido la "Piña quemada con crema" en algún restaurante... pero nunca me la han servido como es debido... o como yo creo que se tiene que servir, claro.
Ahora, pues, disfrutad de esta delícia, amigos míos. Por cierto, como os comento más abajo, al quemar la piña se creará una buena capa de whisky caramelizado con el azúcar. Este postre no es nada fuerte de alcohol (ni mucho menos), aunque no sería apto para niños, sólo habría que omitir el whisky. Pero ya no será lo mismo, claro. Recordad que tendréis que hacer la crema pastelera unas horas antes o (mejor) la noche anterior.
1 piña natural madura
azúcar
whisky
crema pastelera
200gr. fresas
gelatina de manzana
Para decorar (barquillos, fresas, arándanos, grosellas, moras, etc...)
Como os he comentado, el tema de las fresas es opcional, pero le va muy bien al conjunto.
Lavaremos bien las fresas, le quitaremos la hoja y pondremos un poco de azúcar.
Las trituraremos con el minipimer.
Esta sopa la reservaremos en la nevera que nos servirá para emplatar.
También necesitaremos whisky, no importa demasiado la marca.
Cortamos la piña.
Haremos rebanadas, aproximadamente, de un dedo de ancho. Procurad que queden rectas.
Ahora, pelamos los laterales...
Nos tiene que quedar una rodaja limpia de piña. Podéis sacar la parte central, pero a mí me gusta. Prefiero que lo saque quien lo quiera.
Cortaremos la rodaja en 8 partes equidistantes. Eso facilitará la manjar. Pensad que si no lo precortamos, después cuesta mucho. Podéis hacer cortes más pequeños, también.
... bien quemadito...
Y el whisky. La situación de semi-petrificación del azúcar caliente con el whisky frío hace que los dos componentes se fusionen.
¿Qué quiero decir?... que la piña no tendrá casi sabor a alcohol ya que el azúcar lo absorbe. El sabor es muy bueno.
Ahora, encima de la piña ya quemada, volvemos a echar más azúcar...
... lo volvemos a quemar...
... y más whisky... así con todas las piñas... hasta quemarlas tres veces cada una. De esta manera se creará una buena capa de whisky caramelizado con azúcar. Os recuerdo que finalmente este postre no es nada fuerte de alcohol, aunque no sería apto para niños (omitor el alcohol en ese caso).
Entre quemada y quemada, tenéis que limpiar la pala. De esta manera evitaréis que os queden partes "negras" o quemaduras que aportan mal sabor al postre.
La mejor tela para limpiar las palas es el esparto. Así os garantizaréis una quemadura siempre limpia.
... y seguiremos quemando...
Tenéis que tener la precaución de tener el extractor de la cocina a la máxima potencia, todas las ventanas abiertas... y las puertas de las habitaciones cerradas...
... ¡porque vuestra casa se convertirá en "Londres"! jeje.
Una vez bien quemadas, colocaremos las piñas (con cuidado) en el plato o recipiente final.
Asimismo, las podéis conservar en la nevera hasta momentos antes de servir. Recordad que la crema se tiene que quemar al momento... es como queda mejor y más crujiente.
Con las piñas en la nevera, nos podemos dedicar a preparar el resto de cositas... como puede ser escoger las hojas más bonitas de la piña... para decorar el plato.
Como he decidido decorar la crema con frutos rojos... calentaré un poco de gelatina de manzana para dar brillo al conjunto.
Le damos un baño de gelatina a la fruta y la reservamos en la nevera.
Como os he comentado en la introducción, la crema pastelera la tenemos hecha de la noche antes. La trabajamos un poco...
... preparamos una manga con cornete redondo y liso...
... y llenamos la manga con crema.
Ahora si, ponemos una capa generosa de crema encima de la piña.
Un poco de azúcar...
... de nuevo el extractor...
... y la quemamos... pero ahora no tiramos whisky, ¿eh?...
La pintamos con gelatina de manzana, eso si.
... qué brillo más bonito, ¿eh?
Ahora... nos queda decorar con los frutos rojos que teníamos reservados.
Ponemos las hojas de piña... y la sopa de fresas por los alrededores.
Y ya las podemos servir.
Aquí tenéis media vida... materializada en un postre.
¿Un trocito?
¡Buen provecho!
Aps, por cierto, podéis no calentaros tanto la cabeza con la decoración...
... y servirlas con medio barquillo y un trocito de chocolate...
... que siempre queda bien...
Incluso, con una única fresa. ¡Buen provecho!