No sé si todos conocéis el 'Granjero', este típico bocadillo hecho con pan de molde, relleno con varios elementos y culminado con un huevo frito. Pues este será mi pincho. He pensado en él porque es un pincho que gusta a todo el mundo, fácil de hacer... y que pueden comer los niños también. De aquellos pinchos sencillos y buenos que, después de probar según qué cosas... ¿se agradecen, eh? La única excentricidad que he incorporado es la adición de una rebanada de kiwi confitado que le aportará dos cositas al pincho: por una parte contrapeso... si, tal cual... y por otro una aportación dulce al conjunto ofreciendo la posibilidad de retirarlo cómodamente a quien le apetezca. Es una manera de asegurar que todo el mundo comerá, del primero al último. Además, es un pincho bonito... un pincho muy mono... ¿a que si?
Preparamos todos los ingredientes. Es interesante tenerlo todo a mano, ya que la intención es servir el pincho calentito.
Yo acostumbro a utilizar la marca Heinz, por su sabor, pero no importa demasiado en este caso, ya que solo pondremos dos puntos.
Tostaremos las rebanadas de pan, que nivelaremos, si hace falta, para que todas las bandas sean idénticas.
Ahora lo cortamos por la mitad y ya tendremos dos pinchos.
Yo he utilizado un cornete como cuchilla... pero podéis utilizar un tapón o cualquier cosa que sirva para cortar la tapa de nuestro "mini-granjero".
Empezamos a preparar el pincho. Ponemos el queso para fundir, cortado a medida, claro.
El bacón ya hecho, cortado a medida también.
Unas tiras de cebolla por encima...
... y ahora, en un abrir y cerrar de ojos, hacemos los huevos de codorniz procurando que queden un poco crudos de la yema.
Ponemos dos puntitos de mayonesa...
... que servirá para sujetar la lechuga, también cortada a medida...
... dos puntos más de ketchup que le aportará sabor...
... y finalmente un poco más de cebolla... y el huevo.
Un huevo siempre apetece verlo, ¿a que si?... no sé que tienen.
Finalmente, pondremos el orégano, imprescindible en este pincho.
Una pizca es suficiente.
Una pizca de sal maldon, ya que no hemos puesto en el huevo mientras lo hacíamos.
Ahora si, tapamos pero sólo hasta la mitad.
Ahora lo acabaremos de rematar con un toque dulce, el del kiwi confitado.
Y ya los podemos servir.
Recien hechos, calentitos, mucho mejor. Pero cuidado que no se pueden calentar en el microondas, ya que se cocería la yema y eso no interesa.
Eso es todo.
Sólo os quedará hacerlos en serie...
¡Buen Provecho!