Veamos cómo hacer unos piñones caramelizados. Sencillo, rápido y fácil. Sólo tenéis que vigilar el fuego, para evitar que se os quemen los piñones. El resto és fácil, como cualquier otro tipo de crocante. Es una opción muy interesante para decorar vuestros postres. ¡Vamos!
50 g de piñones europeos
2 cucharadas de azúcar
un poco de esencia de vainilla (opcional)
Poned el azúcar y los piñones en un cuenco.
Poned en marcha el fuego y ponedlo al mínimo.
Podéis añadir un poco de esencia de vainilla o vainilla azucarada, que aportará un agradable aroma.
Yo pongo un par de gotas de esencia líquida.
No dejáis de remover los piñones con una cuchara, para evitar que se quemen.
En cuanto el azúcar coja color (un minuto) retirad el cuenco del fuego y seguid removiendo. El calor residual hará el resto.
Antes no se tuesten demasiado los piñones, vertedlos sobre un papel de horno.
Derramadlos bien con la cuchara. Que sólo quede una capa de piñones.
Evitad que se amontonen, ya que una vez frío el azúcar no los podréis dividir sin romperlos.
Mientras el azúcar conserve un poco de calor, incluso le podéis dar forma si os interesa.
Una vez fría, ya los podéis desmenuzar, que se separarán con facilidad.
¡Y ya los podéis utilizar en los vuestros postres! Si os sobran, conservadlos en un sitio fresco y seco. ¡Buen provecho!