Qué puedo decir de este pincho... cuando llevas tiempo cocinando... y probando platos y sabores diferentes... te das cuenta de las impresionantes posibilidades que ofrece la gastronomía en general. De aquellos sabores que todo el mundo, al menos una vez a la vida, tendría que probar. Este pincho es excelente... y como veréis... no le hacen falta demasiadas filigranas. Disfrutadlo... como he hecho yo.
1 lomo de bacalao desalado de 300gr.
4 ajos cortados en láminas finas
1/2 guindilla ("guindilla")
aceite para freír
1 hoja de laurel
orégano
aceite de oliva
Previamente, habremos desalado debidamente nuestro lomo de bacalao. Lo podemos comprar ya desalado también.
Utilizaremos la mitad de una guindilla... que pica como mil demonios.
Cortamos 3 ajos muy finos... (para hacerlo crujiente)... y un diente de ajo lo reservamos. Picamos también la guindilla.
Ponemos aceite en un cazo con un ajo y una hoja de laurel. Aquí confitaremos el bacalao.
El aceite tiene que cubrir prácticamente las piezas de bacalao. Para confitarlo, tendréis que cocer el bacalao a 50-60 grados máximo... durante unos 20 minutos.
Podéis utilizar un termómetro de cocinar para controlar la temperatura. Pasados los 20 minutos... lo reservamos.
Ahora, en una sartén con un poco de aceite... tostaremos las láminas de ajo... con mucho cuidado de no quemarlas.
Las reservamos.
Con el fuego apagado y en el mismo aceite... tirad la guindilla y retiradla enseguida. Os quedará crujiente.
Ahora, y procurando extraer la encorece del bacalao, montaremos nuestros pinchos con un trozo de bacalao confitado.
Encima pondremos unas láminas de ajo crujiente y en un lado la guindilla. De esta manera, quien no quiera el picante lo podrá sacar sin problemas, pero ya os avanzo que la gracia de este pincho es el picante.
El toque final... un poco de orégano.
Perfecto.
Ya podemos montar un plato... todo tirante un chorro de aceite por encima. Sal, no hace falta, con el bacalao.
¿Qué pinta, eh?
¡Buen Provecho!