De nuevo, un plato de domingo, un asado de los que hacen fiesta. Como siempre recomiendo, es interesante consumir este pollo pasadas 24 horas desde su elaboración, cuando los sabores se asientan, se fusionan y han sido absorbidos por la carne. Un asado no falla nunca.
1 pollo cortado a trozos para asar
3 berenjenas
2 cebollas picadas
3 tomates
manteca y/o aceite de oliva
agua
harina
pimienta negra
sal
Para hacer la picada:
un puñado de almendras tostadas
una puñado de avellanas tostadas
2 dientes de ajo
perejil fresco
Variantes:
- Se puede hacer con conejo en vez de pollo
- Se puede añadir un chorro de brandy o un poco de vino antes de añadir el tomate
- Se puede añadir una ramita de canela al asado
- Se puede añadir un poco de harina para ligar la salsa
- Se pueden añadir huevos duros
Preparamos todos los ingredientes.
El pollo ecológico, de payés y de kilómetro cero.
Preparamos la verdura.
Y los frutos secos para hacer la picada.
De entrada lo que haremos será salar y pimentar el pollo.
En una cazuela grande (puede ser de barro) pondremos un trozo de manteca.
Para no poner en exceso, yo acostumbro a dividir la grasa en partes iguales con aceite de oliva.
Cuando esté caliente saltearemos el pollo.
Tiene que coger un bonito color dorado. Si no os cabe todo el pollo hacedlo en dos tandas y al final juntadlo todo. Si veis que hay exceso de aceite podéis desengrasar un poco la olla retirando parte de esta grasa. Si lo dejáis os puede quedar demasiado aceitoso.
Mientras tanto, podéis ir picando la cebolla y el tomate.
A continuación ya podemos incorporar la cebolla dentro de la olla...
Podemos aprovechar para ir limpiando las berenjenas...
y cortándolas en rodajas gruesas.
Colocadlas sobre una bandeja grande...
y echad un poco de sal por encima. Esperaremos un rato y dejaremos que la sal haga salir el agua que contienen las berenjenas.
Por otra parte ya podemos ir preparando la picada.
Pelad un manojo de almendras tostadas...
y de avellanas tostadas.
Añadid dentro del mortero los dientes de ajo.
Incorporad también el perejil fresco.
A mí siempre me gusta darle un punto de sal.
Y a trabajar la picada con la mano de mortero.
Si la queréis dejatar un poco podéis tirar una pizca del caldo de cocción del pollo. Tenéis que conseguir una pasta similar a esta.
Pasado el tiempo del sofrito...
incorporamos a la olla el agua caliente.
No hace falta que cubra totalmente el pollo. Lo tapamos y lo dejamos hacer unos 40-45 minutos a fuego medio-bajo.
En este punto, encontraremos que las berenjenas han expulsado buena parte del agua que contienen. Escurridlas un poco...
Las podéis ir preparando mientras se calienta una buena cantidad de aceite en una sartén o freidora.
Cuando el aceite esté bien caliente freíd las rodajas de berenjena.
Vigiladlas y hacedlas bien por ambos lados.
Tienen que coger un bonito color dorado.
Las iremos reservando sobre un papel absorbente.
Muy bien.
Cuando el pollo esté cocido, dejataremos nuestra picada...
con un par de cucharones del jugo de cocción.
Añadimos las berenjenas...
y la picada.
Mezclémoslo todo junto una pizca, sin destrozar mucho la berenjena, y que hierva 5 minutos más. Ya hemos acabado.
Al día siguiente, el asado todavía está mejor. Si no hace demasiado calor, no hace falta ni que lo reservéis en la nevera. Es normal que la berenjena, de remover, se deshaga. Eso hará que la salsa gane consistencia.
Si os apetece, el mismo día o al día siguiente, podéis hacer unas patatas al horno.
Una vez cocidas...
cortadlas en rodajas gruesas...
e incorporadlas al pollo. Lo removemos y lo calentamos.
¿A ver cómo está de sal? ¡ummmm!
Ya lo podemos servir.
Un buen plato tradicional. El pollo os tiene que quedar bien tierno.
¡Buen provecho!