Un plato versátil que ofrece muchas posibilidades de acompañamiento y presentación. Extremadamente rápido y sencillo de hacer, aunque ya sabéis que no podemos abusar demasiado de las frituras. Así que os tocará quemarlo de alguna manera, ¿eh? ¡que hay muchas, no me lo hagáis decir! ¡Vamos!
1 pollo cortado a trozos
1 cabeza de ajos
Tomillo
Pimienta negra
Aceite de oliva
Sal
Variantes:
Se puede hacer con conejo o con conejo y pollo mezclados.
Preparad y limpiad el pollo.
Saladlo.
Pimentadlo.
Removiendo un manojo, dejaremos caer hojas de tomillo sobre el pollo.
Pelad una cabeza de ajos y...
... deshaced los grandes, pero no los peléis.
Ahora, en una sartén con abundante aceite caliente, dejad que cojan un poco de color.
A continuación, añadid trozos de pollo. ¡Cuidado, peligro de quemaduras!
Removed de vez en cuando.
La correcta cocción dependerá de la medida del trozo y de la temperatura del aceite.
Por lo tanto, tenéis que conseguir que quede crujiente y dorado pero no seco.
Retirad también los ajos, que estarán bien blandos y cocidos.
Reservadlo todo junto sobre un papel absorbente.
Mientras se acaba de freír el pollo, y si queréis un acompañamiento rápido, poned una patata 5 minutos en el microondas a máxima potencia. Pinchadla un poco previamente para evitar que estalle. Abridla, saladla y pimentadla.
Emplatamos.
¡Y todo el mundo a comer!
Un plato rápido de hacer que gusta mucho a los pequeños de la casa.
Un buen vino tinto le irá lo bastante bien.
¡Buen provecho!