¡Más recetas de pulpo! ¡Vengaaaaaaaaa! A estas alturas ya os habréis dado cuenta que es un producto que me encanta. Hoy os presento una receta de aquellas para comer sin prisas, disfrutándola. ¡Un pulpo guisadito con un buen sofrito de tomate y acompañado de un choricillo picante que hará las delicias de aquellos a los que os gusta mojar pan! Esta elaboración no es nada complicada, pero cabe decir que el pulpo, habitualmente, no es precisamente barato.
500 g de pulpo cocido (tentáculos y cabeza)
150 g de chorizo picante
1 pimiento verde picado
2 cebollas picadas
6-8 tomates maduros
1/2 pimientos rojo picado
1 cucharada de pimentón
1 chorro de vino blanco
2 dientes de ajo
1-2 cayenas (guindilla picante)
aceite de oliva
caldo de cocer el pulpo
sal
Variantes:
- Podéis picar el chorizo en dados más pequeños.
- Podéis hacer este plato picante o sin picante
Ya sabéis que el pulpo siempre se tiene que congelar previamente para romper las fibras. Dejad que se descongele a temperatura ambiente (sacadlo la noche anterior).
Como veréis, hoy he utilizado un pulpo de 6-7 kilos, ¡una bestia!
Es muy importante limpiar bien el pulpo, ventosa en ventosa. ¡Están llenas de arena!
Tiene que quedar bien limpio.
¡Y a cocerlo! (para más información sobre la cocción veis el consejo La cocción del pulpo )
Una vez cocido, he reservado una parte del agua de cocción para hacer este guiso. Más adelante lo veréis.
Como os podéis imaginar, no he utilizado todo este para esta receta, ya que es muy grande. He utilizado la cabeza y dos tentáculos. El resto, una vez frío, lo he congelado ya cocido para cocinar otros platos.
Preparamos los ingredientes de la receta.
Como os comentaba, esta receta es una buena manera de cocinar la cabeza del pulpo, que haremos a trozos.
Primero tendréis que picar los pimientos. No os preocupéis demasiado por la medida, ya que trituraremos el sofrito más adelante.
En una cazuela con un buen chorro de aceite de oliva dorad el ajo a trozos.
Al mismo tiempo, poned también dos cayenas. Dos, tres, cuatro o una, según os guste de picante.
Nada, dejad que coja color unos instantes.
Para este yo recomiendo utilizar un chorizo picante seco, un poco duro.
Cortadlo en rodajas o en dados pequeños y añadidlo a la cazuela. Vigilad que no se quemen los ajos.
El chorizo, prácticamente, es vuelta y vuelta, y ya lo podremos retirar todo. Para evitar que se haga más de la cuenta podéis parar el fuego.
Las cayenas las podéis dejar, si queréis. Si sólo buscáis un punto picante muy ligero, retiradlas definitivamente en este punto.
Sofreíd el pimiento...
... con la cebolla.
Poco a poco, a fuego no demasiado fuerte.
Mientras tanto, rayad los tomates maduros.
Añadid una cucharada de pimentón, dulces o picantes. Pero vigilad no os paséis de picante.
Cuando la verdura tenga color y la cebolla esté transparente...
... añadid un chorro de vino blanco y dejadlo cocer unos 5-7 minutos hasta que se evapore el alcohol.
Verted el tomate a la cazuela.
Removedlo todo y...
Tapadlo y dejadlo reducir durante unos minutos a fuego bajo.
Vigilad que no se os queme. Cuando se haya consumido todo el jugo...
... coged un cucharón del caldo de hervir el pulpo...
... y añadidlo a la cazuela. Si no tenéis, poned agua directamente. Dejad cocer el tomate durante un rato.
A continuación, triturad el sofrito con una batidora eléctrica.
Que quede fino. Dejadlo reducir unos minutos más, vigilando que no se pegue.
Rectificad de sal. A continuación, añadid el chorizo...
... y el pulpo cocido.
Y removedlo. Qué colores, ¿eh?... ¡Pues el aroma todavía es mejor!
Ahora es cuestión de dejarlo hacer unos minutitos más, probarlo y rectificar de sal si hace falta.
Como todos estos platos, siempre es mejor dejarlo reposar 24 horas. Cuando esté completamente frío, a la nevera.
Al día siguiente, lo calentáis y emplatáis.
Alguien diría que este es un plato de invierno... pero yo me lo zamparía en cualquier momento, jeje.
Bien calentito, aromático, picantón... ¡Una bomba!
Podéis congelar una parte y consumirlo más adelante si queréis. ¡Pero en casa no dura ni dos días!
¡Buen provecho!