Este era uno de los potajes que hacía habitualmente mi madre y que decidí probar cuándo era pequeño, simplemente, por la pinta tan buena que tenía. No sé qué edad tendría, pero era menor de edad, seguro. Recuerdo que mi madre lo guisaba para mi padre... y pensaba que no me gustaría. Pero me encantó. Desde entonces, es un plato que cada invierno no falta en nuestra casa. Está muy bueno. Es un plato de temporada muy sabroso gracias a la aportación de las espinacas frescas. Con garbanzos ya cocidos tampoco queda igual, así que los tendréis que poner en remojo el día antes.
Probadlo.
400 g de garbanzos secos
1 hueso de jamón
1 trozo de panceta
1 trozo de tocino salado
1 trozo de chorizo
3 manojos de espinacas frescas
1 cebolla grande
1 rama de apio
4 ajos
3 tomates maduros
aceite de oliva
agua
sal
un puñado de arroz y fideos del núm. 2 (unos 50 g de cada)
Variantes:
- Se puede añadir hervor o butifarra negra o cruda
- Se pueden añadir judías
El día antes pondremos los garbanzos en remojo.
Calculad agua de sobra, ya que crecerán mucho.
Al día siguiente, ya los tendremos así de bonitos.
¡Cómo me gusta tocar los garbanzos, jeje!
Ahora vamos a por las espinacas frescas.
Ya sabéis que las espinacas tienen mucha arena y se tienen que lavar muy bien.
Empezaremos por las raíces.
Las cortamos directamente.
El resto, las hojas, yo las pongo dentro de la pica llena de agua y las lavo bien. Este proceso lo hago hasta 3 veces, para asegurarme que no quede arena.
Preparamos el resto de ingredientes.
Primero, haremos un sofrito. Yo cojo una sartén, con un poco de aceite y doro los ajos.
A continuación, añadimos la cebolla, una grande o dos pequeñas. A fuego bajo, y las dejamos que vayan cogiendo colorete... que caramelicen.
Mientras, podemos ir rayando los tomates.
¿Veis qué colorete más chulo?
Añadimos el tomate, pues.
Ahora, este sofrito, lo pondremos dentro de un bol para triturar...
... y con el túrmix lo dejaremos bien fino.
Así. Lo reservamos para más adelante.
Preparamos una olla de aquellas de toda la vida, jeje.
A mí me gusta dorar un poco el tocino primero, por eso tiro un chorro de aceite.
Tiramos el tocino... la hoja de apio y el hueso de jamón.
Le damos unas vueltas.
Los garbanzos, los colaremos, ya que no queremos aprovechar el agua de ponerlos en remojo, sobre todo si hemos puesto bicarbonato. Las moléculas de bicarbonato se unen a los azúcares inductores de gas de los garbanzos, conocidos como oligosacáridos. Dicho en términos más coloquiales, este contenido es flatulento. Por lo tanto, esta agua con bicarbonato la descartaremos, ya que también nos puede dejar sabor salado, incluso sabor de jabón en grandes cantidades.
Los lavaremos un poco debajo del grifo. Con todo este proceso, reduciremos el poder flatulento de los garbanzos.
Mientras tanto, el tocino ya está dorado.
Verteremos los garbanzos.
Le daremos un par de vueltas más a todo y...
verteremos agua para cubrirlo todo.
Más o menos, tiene que estar lleno de agua, pero que se vean los garbanzos en el fondo.
Lo salamos un poco, sin pasarnos.
Ahora, lo tapamos y lo dejamos cocer a fuego medio durante una hora tranquilamente. Vigilad si hay que añadir más agua. Pensad que el resultado final tiene que caldo y que también se tiene que cocer la pasta.
Mientras se hacen los garbanzos podemos ir preparando el arroz, los fideos y el chorizo. Normalmente, calculo unos 50 g de cada ingrediente, que será suficiente para 4/6 personas. Pensad que lo que manda tiene que ser el garbanzo.
Cuando los garbanzos ya estén cocidos... incorporamos las espinacas frescas. Al principio parece que no caben... porque el volumen es importante... pero enseguida, con el calor se reducen y quedan en nada.
En el mismo momento... incorporaremos el sofrito triturado...
... y el chorizo cortado en trocitos.
A mí el chorizo me gusta seco y fuerte de sabor. Utilizo más chorizo de colgar que los que vienen expresamente para caldos o para hervir. Y es que es un ingrediente esencial para mí. Si no encuentro el chorizo adecuado... no hago el plato. Bien, si no encuentro espinacas frescas tampoco.
En este punto, dejad el conjunto hervir 5 minutos, todo bien removido.
Probad el caldo y rectificad de sal. Ya podéis añadir el arroz y los fideos.
Lo tapamos... que en 20-25 minutos ya estará acabado el plato.
Aquí lo tenemos acabado.
Vamos a probarlo... ummmmm... qué magníficas que son las espinacas frescas.
Ya podemos emplatar, bien caliente.
Un plato de aquellos de invierno... que entra de maravilla. Cada año estoy deseando que llegue la temporada de espinacas para hacer este plato.
Es un plato contundente, así que cuidado con los segundos y los postres.
Por cierto, si os sobra... podéis triturarlo todo junto y hacer una crema deliciosa. ¡Buen Provecho!