Este púdin lo hacíamos en la pastelería con la intención de gastar los recortes de bizcocho que nos habían sobrado en hacer pasteles... porque en las pastelerías no se tira nada, ¿eh? En casa, la verdad, ya no es tan habitual tener recortes de bizcocho... al menos en abundancia. Por lo tanto, yo os recomiendo hacer previamente un bizcocho. También podéis comprarlo hecho o utilizar melindros. Con la pasta brisa lo mismo, la podéis hacer muy fácilmente en casa o comprarla ya hecha.
Para hacer la crema del púdin, os recomiendo la lectura previa de la receta crema pastelera pero en vez de utilizar 80gr como almidón tendréis que poner sólo la mitad, es decir unos 40gr, ya que no queremos que cuaje en exceso. De este pastel os pueden salir de 12 a 16 porciones bien bonitas. Una vez hecho, conservadlo siempre dentro de la nevera. Os aguantará cuatro o cinco días en buenas condiciones.
500gr. recortes de bizcocho
4 o 5 manzanas golden
1 lámina redonda de pasta brisa
gelatina de manzana
1 litro de crema pastelera (pero elaborada con la mitad de almidón)
Variantes:
- Podéis sustituir el bizcocho por melindros o preparaciones similares
Como os explicaba, yo he hecho previamente un bizcocho tradicional.
Si lo podéis hacer el día anterior mejor, así tendrá tiempo de enfriarse y coger una cierta humedad. Conservadlo tapado con un trapo limpio dentro de la nevera.
Al día siguiente, si queréis, podéis desayunar un poco de bizcocho con chocolate y el resto lo haremos a trozos para el púdin.
Utilizaré un recipiente con una cierta profundidad y de unos 30cm de anchura aproximadamente.
Dentro colocaremos una capa de pasta brisa, que podéis haceros vosotros mismos o comprarla en el súper.
Con los dedos adaptaremos la pasta brisa al contorno del recipiente, procurando repartir el grosor que generan los pliegues.
Ahora, como os decía, desmenuzaremos bien el bizcocho...
... y lo iremos repartiendo dentro del molde.
Y presionamos con la mano
Si aun así no llegáis a cubrir toda la pasta brisa, esta la podéis apretar y nivelarla con el bizcocho. La idea es que finalmente bizcocho y pasta brisa estén a la misma altura.
A continuación, poco a poco y con mucho cuidado, iremos vertiendo la crema sobre el bizcocho.
Dadle tiempo al bizcocho para que chupe la crema. Si lo hacéis demasiado rápido, lo mojaréis todo por todas partes. Si hace falta, lo podéis hacer varías tandas.
Ayudaos de una cuchara para remover un poco el bizcocho, el de debajo pasarlo arriba, pero con cuidado de no tocar fondo y estropear la pasta brisa.
Lo removeremos y nos aseguraremos de que no queda ningún espacio de bizcocho seco.
Finalmente, con la misma cuchara, lo aplanaremos todo junto y lo reservamos. Si queréis ya podéis calentar el horno a 180 grados.
Ahora vamos a por las manzanas. Yo utilizo una herramienta para sacar los corazones, pero si no, lo podéis hacer a mano.
Según la medida, utilizaremos cuatro, cinco o seis manzanas.
Las pelamos...
... las cortamos por la mitad y las cortamos a rodajas...
... procurando que todas las rodajas sean del mismo grosor. Descartad la primera y última rodaja, que siempre son más pequeñas.
Y ahora, poco a poco y con un poco de gracia, iremos colocando la manzana sobre nuestro púdin.
Tenéis que dar toda la vuelta.
En la parte central dibujaremos una especie de flor.
Así.
¿Qué nos queda?... pintar toda la manzana con huevo batido...
... y tirar una pizca de azúcar por encima.
Ya tenemos el púdin listo para hornear.
Lo tendremos que cocer entre 45-50 minutos a 180 grados.
Cuando se acerque el tiempo total de cocción, tendréis que comprobar si está bien cocido o no.
Clavaremos un pincho de madera o hierro...
... si sale muy manchado significará que le falta cocción. A mí me han faltado 5-7 minutos.
Si notáis que por lo que le queda se puede oscurecer demasiado la manzana... podéis cubrirlo con papel de aluminio.
Y finalmente, ya tenemos el púdin totalmente cocido. Dejaremos que se enfríe unos minutos.
A continuación, y como si de una tortilla de patatas se tratara, le daremos la vuelta al púdin.
Comprobamos que ha tenido una correcta cocción interior.
Al girarlo de nuevo, aprovecharemos para colocarle una blonda.
Y ahora lo dejamos enfriar completamente a temperatura ambiente.
Una vez frío, sólo nos quedará pintarlo con gelatina. Yo utilizo la clásica gelatina de manzana que se ha utilizado siempre en las pastelerías, pero podéis utilizar cualquier otra gelatina de buen sabor o nappage (gelatina neutra en frío).
Como podéis observar, esta gelatina se presenta en estado semi sólido.
La haremos hervir junto con un 20% de agua.
Una vez arranque el hervor, la dejaremos enfriar un rato hasta que tenga textura líquida y tibia.
Pintamos generosamente nuestro púdin. Si hace falta, le damos dos capas.
Y ya lo tenemos acabado.
Qué pinta...
Si lo presentáis en mesa con un buen soporte, todavía tendrá más buena pinta.
¿Lo miramos por dentro, no?
¡Ohhhhhhh!
¡Venga, un buen trozo para el amo!
Lo podéis acompañar de nata si queréis, pero entonces hacéis las porciones más pequeñas.
... pero que después se zampa tres de igual... ¿a que si?... "el viejo truco"... je,je.
¡Buen provecho!