Pues eso mismo. Los clásicos pulpitos en cebolla que podéis encontrar en muchos restaurantes y bares de tapas. Y no podía faltar la elaboración paso a paso en esta página.
Como siempre, yo os propongo la receta base, la que el corpus nos propone como referencia. En general, encontraréis muchos formas de guisar pulpitos y muchas variantes también sobre esta misma receta. A mí me encanta el pulpo. Guisado de todas las maneras. Si vais al mercado y encontráis pulpitos pequeños no dudéis en comprarlo. Si no os va bien hacerlos los congeláis, pero cogedlos porque cada vez cuestan más de encontrar frescos.
El plato no tiene mucho misterio: un buen sofrito, picando al gusto y un poco de reposo. ¡Seguidamente, a disfrutar y a mojar pan! En este caso yo sí he optado por añadir un poco de tomate. Hacedlos como más os guste.... ¡pero hacedlos!
1 kg de pulpitos pequeños
4 cebollas cortadas gruesas
3 dientes de ajo laminados
un chorro de vino blanco o rancio
laurel
aceite de oliva
pimienta negra
agua
sal
Variantes:
Se puede poner tomate en la salsa
Se puede hacer un sofrito con la cebolla, ajo, perejil y tomate
Se pueden añadir patatas un poco antes de acabar la cocción de los pulpitos
Se puede acabar el plato con una picada de ajo y perejil
Se puede hacer con pulpos más grandes. En este caso, hace falta cortarlos a trozos y añadirlos cuando la cebolla está a medio hacer. Si son muy grandes, hace falta hervirlos previamente.
Pedid al pescadero o pescadera que os limpie los pulpos. De esta manera, en casa sólo les tendréis que pasar un agua.
Como veis son de medida pequeña y, además, una vez cocidos se reducen a la mitad. Tenedlo en cuenta ya que puestos a cocinar es conveniente hacer de más (y congelarlo) que no de menos.
Preparad el resto de ingredientes.
Podad una sartén a calentar con un buen chorro de aceite y tirad una hoja de laurel (en frío).
Cuando el aceite empiece a calentarse ya podéis saltear los pulpitos. Tirad primero un puñado. ¡ATENCIÓN!: ¡Peligro de quemaduras! Vigilad al combinar aceite candente con productos húmedos o con agua. La reacción es importante y os podéis quemar. También se os puede encender la sartén. En este caso os aconsejo no esperar a que el aceite esté demasiado caliente. En cualquier caso, tened una tapa preparada por si la sartén se enciende unos instantes.
Una vez pasada la primera reacción ya será más fácil añadir el resto de pulpitos.
Ya dentro de la sartén, los saláis un poco y los pimentáis.
Por una parte, los pulpitos tienen que perder toda el agua que tienen (o casi). Así aprovecháis el tiempo para preparar el sofrito en el otro fuego.
En una cazuela aparte, poned la cebolla a sudar. Que se vaya haciendo poco a poco.
Añadid también la guindilla.
Poco a poco, los pulpitos se encogerán y el agua se irá evaporando. Eso serán unos 10 minutos a fuego medio.
Os he hablado ya de las bondades de este vino para cocinar. Hoy, también lo recomiendo, sobre todo por qué está preparado con hierbas aromáticas que le van muy bien al plato de hoy.
Cuando haya reducido la mitad del agua al menos, añadid el vino.
Esperad unos 5 minutos más para que se evapore todo el alcohol del vino. Estos tiempos siempre son una referencia, ya que dependerá de la cantidad que hagáis, de si el fuego está fuerte o flojo, etc...
De vez en cuando, removed la cebolla.
Hasta que tenga esta apariencia y textura.
En este punto, a mí personalmente, me gusta añadir una cucharada de pimentón. Quizás dulce o picante. Si no queréis no pongáis.
Muy bien.
Y lo removéis.
Seguidamente, echad la salsa de tomate y lo removéis. Y lo dejáis cocer 5 minutos.
Si los tiempos son más o menos correctos, en este punto ya podréis incorporar los pulpitos (que ya estarán casi cocidos) dentro de la cazuela con el sofrito. Todavía quedará un poco de agua de la cocción de los pulpos, pero ya nos va bien. Tenemos que añadir más después.
Lo removéis bien.
Echad los ajos.
Y un poco más de agua. Aproximadamente un vaso. Que haya humedad suficiente para cocer durante unos 15 minutitos más.
Saladlo al punto.
Lo tapáis.
Una vez pasado el tiempo, comprobáis cómo está de sal y probáis la textura del pulpo para saber si está bien cocido. Si todo está correcto apagáis el fuego y dejadlo tapado que descanse.
Yo recomiendo que repose un mínimo de dos horas. Pero es incluso mejor guardarlo en la nevera para el día siguiente (una vez frío). Notaréis que la carne del pulpo se oscurece un poco. Es normal.
Ahora ya sólo queda calentar...
¡y servir! ¡una exquisitez! ¡Y a mojar pan que son dos días!
¡Buen provecho!
Y para beber...