Ya sabeis que con el pulpo se pueden hacer infinidad de preparaciones, todas ellas (casi siempre) acaban con éxito asegurado, y esta precisamente es una de las ventajas de cocinar con productos singulares. La receta de hoy vendría a ser un "Pulpo al ajillo", aromatizado con vermut de nuestro país, que tenemos y muy bueno, especialmente en la provincia de Tarragona.
Un plato que os encantará, que podéis servir incluso como tapa, para compartir con unos bastoncillos de pan crujiente, ¡y os garantizo que seréis los mejores anfitriones de la comarca! ¡Ah! y que no falte el vermut con hielo con este pulpo picante.... ¡y os sentiréis realmente felices por un instante! ¡Vamos!
1 pulpo de 800-1000g cocido cortado a trozos
2 hojas de laurel
5 o 6 dientes de ajo laminados
1/2 copa de vermut negro
1 cucharada de pimentón (dulce o picante)
3 o 4 cayenas picantes (al gusto)
pimienta negra
sal
Variantes:
Podéis hacerlo sin picante
Podéis añadir gambas o langostinos pelados
El pulpo lo podéis comprar ya cocido o cocerlo en casa. En esta página encontraréis consejos sobre cómo hacerlo.
Cortadlo con unas tijeras a trozos, al gusto.
En una sartén con un generoso chorro de aceite de oliva, dorad los ajos laminados.
Si os gusta un punto picante con el pulpo podéis añadir ahora unas cayenas o guindillas. Vigilad que podéis condicionar mucho el plato. Tenéis que conocer el grado de picante que utilizáis. Mejor pecar de poco que de mucho, claro está.
Ponedlo a dorar con los ajos.
También podéis poner las hojas de laurel.
Y a continuación, con cuidado de no salpicar que os podéis quemar, ponéis el pulpo dentro de la sartén.
Removedlo y añadid un poco de pimienta negra.
Y lo saláis, pero no demasiado, que el pulpo ya acostumbra a estar salado.
Dejadlo sofreír durante unos 10 minutos, removiendo de vez en cuando.
Ahora, ya podéis echar el vermut.
Dejad reducir el líquido durante unos 15 minutos.
Cuando notéis que ya no hay líquido, que el pulpo empieza a coger color y que sólo veis el aceite...
será el momento de añadir la cucharada de pimentón.
Lo removéis todo y lo dejáis hacer un par o tres de minutos. Ya podéis apagar el fuego y dejar reposar el guiso un rato antes de servirlo bien caliente en la mesa. Lo podéis hacer el día antes si queréis.
¡Buen provecho!