Esta una receta equilibrada, de cocina de aprovechamiento, y muy y muy buena, altamente recomendable. La elaboración del plato puede resultar compleja, pero ya veréis que si tenéis preparado el puré, el pulpo cocido y el romesco, el resto son 10 minutos. Es una opción para aprovechar los calçots sobrantes de una calçotada, pero como veréis yo los he hecho al horno, ya que no hecho ninguna calçotada últimamente. Es decir, que he hecho los calçots expresamente para la receta. Eso os implicará una hora más de elaboración, pero también los podéis cocer el día antes y simplificar el trabajo el día siguiente. Bien, como todo en la vida, es cuestión de organizarse un poco y todo resulta más sencillo de gestionar.
La combinación de sabores (calçots, pulpo, romesco, mayonesa, pimentón, etc) asegura el éxito. Un punto de menta fresca trinchada por encima le aportará color, frescura y aroma, y romperá la homogeneidad del plato. Además, podéis utilizar perejil o simplemente nada. En definitiva, uno de aquellos platos que te gustaría encontrar en un restaurante y no tener que pagar una fortuna.
4 patas de pulpo cocido
2 patatas medias
10 calçots cocidos
mayonesa
salsa romesco
aceite de oliva
un chorro de leche
pimienta negra
pimentón dulce o picante
sal en escamas
sal
menta fresca
Variantes:
Se puede hacer el mismo plato con sepia o calamar
Bien, como os comentaba, yo he hecho unos calçots al horno el día antes.
Quedan bastante buenos también.
Al día siguiente, con los calçots ya hechos, poned a hervir un par de patatas medias.
Mientras se hacen las patatas, pelad los calçots cocidos y descartad las partes más feas.
Os tenéis que quedar con la parte más limpia.
Ahora, cortad los calçots a trozos.
Una vez cocidas las patatas, cortadlas también a trozos.
Todo junto, ponedlo a saltear en una sartén con un chorro de aceite, sal y un poco de pimienta.
Dejadlo dorar unos 10-15 minutos, y le vais dando la vuelta. Como si de un picadillo se tratara.
A continuación, poned un chorro de leche (como medio vaso) para hacer que esta mezcla quede más amorosa.
Lo seguís removiendo, y notaréis que la leche se va integrando.
Perfecto, tiene una textura similar a la croqueta pero con trozos grandes de romesco, claro está. Parad el fuego.
Pasadlo todo a una trituradora.
Y lo trituráis bien fino.
Os tiene que quedar una crema fina, espesa, sin casi hilos de los calçots.
Ahora, para romper la monotonía del sabor de los calçots y las patatas, añadid un par de cucharaditas de salsa romesco. Eso le dará el toque especial al puré.
Volvéis a triturar. Probadlo y rectificad de sal. Una vez quede bien integrada, lo reserváis.
Seguidamente, preparad la mayonesa de calçot. La idea se hacer una salsa para decorar el pulpo, por lo tanto, no hay que hacer demasiada cantidad. Yo he puesto tres cucharadas grandes de mayonesa por dos pequeñas de romesco. Probadla y dejadla a vuestro gusto.
Ahora integrad bien las dos salsas. ¿Qué colores eh? La cocina tiene estos momentos agradables a la vista que muchas veces sólo disfrutamos los que preparamos la comida. En fin, reflexión tonta, ya lo sé.
Que os quede bien integrada de color.
Ahora, yo lo he puesto en una manga, ya que nos irá muy bien para decorar el plato. Pero lo podéis hacer con una cucharilla. Reservad la mayonesa en la nevera.
¡Por fin, vamos a por el pulpo!
Cortad los tentáculos y calculad uno por persona.
Ahora, en una sartén caliente con un chorro de aceite, dorad el pulpo.
Os tiene que quedar bien tostadito por ambos lados.
Con el pulpo a punto, ya podéis emplatar. Si hace falta, calentad un poco el puré que tenéis reservado. Poned un par de cucharadas grandes de puré.
Encima colocáis el pulpo.
Y decoradlo al gusto con la mayonesa de romesco.
Podéis poner unas gotas de romesco también, ahora lo he hecho con la punta de una cuchara, sin manga. Si os fijáis, todo el plato es marrón, pero son colores con diferentes matices.
Finalmente, tirad por encima de un poco de sal en escamas. No tanta como he puesto yo. ¿Sabés qué pasa? Que cuando tiras la sal mientras haces la foto puede pasar de que te descontroles un poco. pero vaya, se puede retirar el exceso con unas pinzas si os pasa.
Un poco de pimentón por los lados le dará una gran aspecto al plato y después se mezclará con el puré. A buen seguro que nadie dejará en el plato.
Y por último, el toque verde hoy será la menta, que revolucionará un poco el plato. De cosecha propia, jeje.
Picad un poco de menta y la tiráis por encima del pulpo, al gusto. No os paséis tampoco, que la menta puede condicionar rápidamente un plato. Tiene que ser un toque sutil.
¡Buen provecho!