Os traigo otro tapa o aperitivo, de aquellas que provocan un ¡ohh! cuando las sirves en la mesa! Espero que os gusten.
Pasta brisa o quebrada dulce
18 gambas rojas
1 cebolla
1/3 puerro
150 ml nata líquida
1 huevo
nuez moscada
sal
100 g queso parmesano en polvo
Extended la pasta brisa en el mostrador o mármol y con una cuchilla redonda, llenáis los moldes de las quiches.
Más o menos, no hace falta que quede perfecto.
Ahora saltead un poco el puerro. La cebolla la pondremos cruda.
Ahora montad la tartaleta con dos o tres trocitos de cebolla cruda... un poco de puerro y un par de gambas peladas. Utilizaré unos moldes de silicona que van de fábula para estas cositas.
Lo mismo con todas.
En un cuenco, mezclad un huevo con la nata, un poco de sal y nuez moscada.
No hay que llegar hasta arriba de todo, ya veréis como esta mezcla de huevo y nata sube un poco.
Así está perfecto.
Tiene que quedar así.
La otra ya os lo expliqué.
Ahora haremos un poco de crujiente de parmesano.
La tenéis que extender así sobre papel de horno y dejar que se cocine 5 minutos al horno, vigilando que no se queme.
Se os hará un crujiente de toda una pieza.
Ahora decoramos nuestras tartaletas "quiche" con un trocito de crujiente.
También utilizaré una crema balsámica de Módena para decorar el plato.
Solo pondré unas gotas...
¿A que queda bonito?
Pues está mejor de lo que parece.
No fallan nunca. Le gustan a todo el mundo estas tartaletas saladas.
Por dentro queda suave... una delicia.
Y queda del todo espectacular... en la mesa. ¡Buen provecho!