Este es un plato bastante tradicional en nuestra casa. Consiste en cocinar el rape de forma que parezca que te estás comiendo una cola de langosta. De hecho, y no os engaño, en algunos restaurantes lo servían como langosta... y claro está, te hacen pagar el plato más caro. De todos modos, hay temporadas donde el rape va más caro que la langosta... así que demasiado demasiado truco tampoco sería. Yo os lo recomiendo probar.
1 cola de rape de 1,5 Kg.
1 cebolla grande
pimentón
pimienta negra
sal
aceite de oliva
10 gambas rojas
50 g de nata líquida o leche evaporada
sal en escamas
Variantes:
- Podéis acompañarlo con uno crujiente de pasta brick
Limpiamos bien el rape.
Si le pedís al pescadero que lo queréis para hacerlo alangostado... o al estilo pobre... os lo preparará muy bien.
Ahora cortamos la cebolla grande (o dos pequeñas) en rodajas más o menos finas... y hacemos un lecho de cebolla en la bandeja del horno.
Encima colocaremos las colitas de rape.
Ahora, rebozaremos el rape con abundante pimentón dulce, por todos lados, y aprovecharemos para salarlo un poco también.
Un buen chorro de aceite de oliva...
... y así mismo... ya tiene buena pinta. Ahora es cuestión de hornearlo... unos 10-13 minutitos a 180 grados.
Ya sabemos que la cocción de los pescados no tiene que ser excesiva, pero probadlo y si os gusta más cocido... lo ponéis unos minutitos más. Tenéis que encontrar vuestro punto... igual que con la carne.
Dejadlo enfriar y cortad el rape al sesgo... para hacer las rebanadas un poco más grandes.
Genial. Lo reservamos.
Ahora, en una sartén con unas gotas de aceite, haremos nuestras gambas rojas a la plancha con un punto de sal.
En un cazo, y con la ayuda de un "chino" o "pasa-puré", colaremos la salsa de cocer el rape pero sin la cebolla.
También pelaremos las gambas rojas y con una mano de mortero prensaremos las cabezas para extraer todo el juguito. No saldrá mucho jugo, pero el poquito que conseguís será mucho concentrado, la clave del plato.
Le añadimos un poco de nata.
Lo removemos bien y lo rectificamos de sal, si hace falta.
Lo llevamos a ebullición, removiendo de vez en cuando. Si queréis espesar un poco la salsa podéis añadir un clásico "roux" o, sencillamente, una cucharada de harina.
Sólo nos quedará emplatarlo. Ponemos dos rebanadas de rape, la salsita de gamba, un par de gambas por encima y una sacudida de pimentón.
Lo he servido con uno crujiente de pasta brick, un poco de sal en escamas y un chorro de aceite de oliva.
¡Buen provecho!