Como ya os comenté en el artículo: "La repostería pastelera", hoy os mostraré como hacer el primero de los denominados "ccortes" de repostería: el corte de frambuesas con yema. Es uno de los pastelitos de repostería más representativo, junto con el de trufa y el de mantequilla. Tiene su trabajo, no lo negaré, pero es cuestión de organizarse un poco y preparar cositas el día antes, como las planchas de bizcocho, la yema pastelera y el azúcar baño, de las que os recomiendo visitar cada receta previamente.
El resto, está chupado... ya lo veréis y claro, soltar un poco la creatividad de cada uno. Vamos.
1 plancha de bizcocho
1 tarro de mermelada de frambuesas
yema pastelera
azúcar baño (almíbar + brandy)
gelatina de manzana (decoración)
1 tarro de cerezas confitadas
cobertura de chocolate para fundir (decoración)
Empezaremos preparando las planchas de bizcocho.
Recordad cocerlas con el horno muy fuerte, a 240º y sólo en modo grill. En 4 minutos estarán cocidas.
Las dejaremos enfriar. De momento, haré una plancha de donde saldrán unos 20 cortes.
Preparamos el azúcar baño... con la cantidad de brandy deseada. Por norma, el 30%.
Cortaremos la plancha en tres partes iguales. La primera capa la pondremos con la parte oscura arriba, y la bañaremos un poco con azúcar baño. No demasiado, ya que las planchas son relativamente finas.
Encima de esta primera base, pondremos una fina capa de mermelada de frambuesas que habremos trabajado con una cuchara un poco previamente para hacerla más untable.
Encima colocaremos la segunda capa pero en esta ocasión la parte oscura abajo. Por estética pura.
El mismo proceso: bañamos la plancha y una fina capa de mermelada de frambuesas.
Previamente habremos hecho la yema pastelera... que habremos dejado enfriar (mejor hacerla el día antes)
Untamos la capa superior con una fina capa de yema.
Ahora el brillo. De la gelatina ya hemos hablado muchas veces. Se tiene que calentar rebajada con agua hasta que arranque el hervor. Después dejar atemperar un poco.
Pintamos la yema con gelatina de manzana.
Genial.
Ahora tenemos que recortar las esquinas para igualar toda la pieza (y no tiréis los recortes, ¿eh?).
Utilizad un cuchillo fino y largo (de sierra no)... y limpiadlo cada vez que cortáis. Así evitaremos ensuciar la repostería en cada corte.
Hacemos unos cortes longitudinales...
... y otros en perpendicular... con la idea de hacer un tamaño rectangular similar a la de la imagen.
Ahora calentad al baño María un poco de cobertura de chocolate. Si tenéis trufa o cualquier elemento oscuro que le pueda ir bien a la yema... será suficiente. Haced un cornete de papel y cortad la punta.
Ahora haremos las ramas de una cereza... vaya, que se trata de escribir la letra "J".
Procurad hacerlas todas iguales.
Ya sólo nos quedará "la guinda"... y no sólo metafóricamente.
Cortadlas por la mitad.
Iremos colocándolas en encima la "J" de esta manera.
¿A que molan?
Pues ya está, ya podemos montar una bandeja para servir con el cava y el café.
Este tipo de repostería se aguanta bastante bien en la nevera, a pesar de que esta en concreto, al llevar la yema, sería de las que menos días guardaremos (de 4 a 5).
El sabor es excelente, ya que se fusiona el azúcar baño, el brandy, la yema, la gelatina, la mermelada... en un único sabor.
Podéis hacer otros cortes y servirlos juntos.
Como este corte de trufa cocida. Buen Provecho.