El roscón, en general, es típico de la cocina catalana. Este roscón de crema es un clásico entre clásicos en todas las pastelerías. Unos postres de aquellos que hacen domingo... como lo pueden ser también las lionesas, el roscón de nata o los brazos de gitano. Veréis cómo, si tenéis la crema pastelera hecha, hacer un roscón de estos y servirlo en mesa es cuestión de 35 minutos. No hay ni que decir que engorda... pero siempre lo podéis hacer con crema pastelera sin azúcar. Os aconsejo hacer la crema el día antes y reservarla en la nevera.
Hojaldre
300 g crema pastelera
1 huevo para pintar
azúcar glacé para decorar
Como os comento muchas veces, si no tenemos tiempo de hacer el hojaldre... las placas de La Sirena son muy apropiadas para ser estiradas.
Lo que he hecho ha sido unir tres placas, con un poco de agua y paciencia, nivelándolo todo.
A continuación, tiraremos un poco de harina por encima y por debajo para poder estirar la hoja.
Utilizad un rodillo. Tenéis que calcular unos 20 cm de anchura... por unos 40-45 de longitud.
El grosor, unos 3 o 4 mm, más o menos, pero yo lo hago a ojo.
Ya tenemos la hoja estirada.
A mí me gusta repelar las puntas para dejarlo bien nivelado.
Sacamos la crema de la nevera.
Llenamos una manga pastelera con un cornete.
Aplicad una buena capa de crema justo en medio del hojaldre.
Ahora, doblad el hojaldre por la mitad, sobre sí misma, procurando no estropear demasiado la crema.
Procuramos unir las puntas y, si hace falta, recortadlas un poco para nivelarlas.
Ahora hacemos lo mismo, volvemos a doblar todo por la mitad.
De esta manera le daremos la forma característica que tiene este roscón.
Ya podéis unir las puntas.
Procurad unir bien el roscón para evitar que se escape la crema. No es difícil.
Preparamos una bandeja para el horno con papel cuisson y, con mucho cuidado y decisión, pasaremos el roscón de la mesa a la bandeja. Dadle la forma correcta.
Ya podéis precalentar el horno a 200 grados. Mientras, batimos un huevo.
Pintamos nuestro roscón.
Y ya lo podemos hornear durante unos 20 minutitos con ventilación.
Vigiladlo no se queme... que ya sabéis que cada horno es un mundo.
Lo dejamos enfriar un rato.
Una vez frío, solo nos quedará tirar un poco de azúcar glacé por encima.
Así, que no falte.
Servidlo sobre un cartón y blonda... que tendrá mejor pinta.
¿Queréis un trozo?
¡Buen Provecho!