Excelente salsita que podéis combinar con todo tipo de carne, pescado o pasta. Fácil de hacer y económica y dará a vuestros platos la mejor excusa para mojar pan. Como os recomiendo siempre, Es preferible hacer uso de la leche evaporada que os permitirá espesar las salsas sin problema y rebajaréis calorías respecto de la nata líquida, mucho más grasienta. En cualquier caso, también podéis jugar con la textura añadiendo leche normal.
La elaboración, vendría a ser muy similar a la bechamel. A tener en cuenta que hemos de casi caramelizar las nueces con el azúcar ya que de esta manera evitaremos el punto amargo que pueden tener algunas nuevos y le aportaremos en la salsa unos matices dulces muy interesantes. Espero que os guste.
75 g nueces peladas
500 ml leche evaporada
1 cebolla picada
3 cucharaditas de azúcar
1 chorro de vino blanco
aceite de oliva
pimienta negra
sal
Variantes:
- Podéis añadir setas de temporada como camagrocs, rebozuelos, trompetas de la muerte, etc...
- Podéis poner un poco de leche si no la queréis mucha espesa
- También podéis reducir la cebolla con un chorro de vino blanco
- Se puede sustituir la leche por caldo de pollo o verdura
Preparad los ingredientes
Picad la cebolla
Poned a calentar dos trozos de mantequilla
Cuando la mantequilla esté deshecha y deje de hacer ruido añadid la cebolla.
Dejad que se haga un rato.
Cuando la cebolla esté transparente añadid las nueces.
Removedlo todo junto.
A continuación añadid el azúcar.
Tomando como a medida una cuchara de yogur (no de café), poned tres.
Ahora removedlo todo un rato y dejad que se deshaga el azúcar.
Poco a poco empezará a caramelizar. No dejéis de remover. De hecho, las nueces se oscurecerán.
Un poco de sal y dejáis cocer a fuego bajo durante unos 2-3 minutos.
Seguidamente trituradlo con una batidora eléctrica.
¡Vigilad no os salpique!
Dejadlo bien fino, que no haya trozos.
Ahora, rectificad de pimienta negra y de sal y dejadlo cocer de 2-3 minutos más.
Tiene que tener una textura cremosa, similar a la bechamel.
Ahora ya es cuestión de aplicarla en el plato que más nos convenga.
En este caso, una merluza a la plancha.
O sobre un salmón con camagrocs. Que quede la salsa más o menos oscura dependerá de si ponéis más o menos nueces también. Buscad vuestro punto.
O sobre la pasta, directamente.
¡Buen provecho!