¡Esta salsita , tan fácil de hacer, os enamorará! Muy versátil, pues la podéis servir con carne, pescado, verdura, etc... y es que liga bien con todo. Una salsa fina, con clase.
Además, si os gusta, le podéis dar un toque picante.
¡Vamos!
50 g pistachos pelados
3 dientes de ajo
pimienta negra
100 ml caldo o agua
100 ml nata para cocinar
un trozo de mantequilla
aceite de oliva
sal
Variantes:
- Si queréis la salsa para acompañar platos de carne, tenéis que usar caldo de ave. Si es para pescado, pues caldo de pescado.
- Podéis utilizar leche evaporada en lugar de nata
- Se pueden freír con los ajos unas guindillas picantes y darle a la salsa un toque más interesante
Preparad los pistachos.
Picadlos un poco con el cuchillo, así se freirán mejor.
En una sartén o en un cazo, poned un buen chorro de aceite de oliva y dorad los ajos pelados y laminados.
Si os gusta, podéis freír unas guindillas picantes para aromatizar y condicionar el aceite.
Cuando el ajo esté dorado, añadid los pistachos.
También una cucharada pequeña de pimienta negra. Le dais unas vueltas a todo durante un par de minutos.
Entonces, añadid el caldo caliente y dejadlo hervir un poco.
Retirad las guindillas picantes y conservadlas para decorar el plato, si queréis.
Notaréis que coge un bonito color pero continúa líquida la salsa, és normal.
Pasadlo todo a un bote para triturar.
Con la batidora dejad la salsa bien fina.
Pero continuará todavía bastante líquida.
Añadid un trozo de mantequilla, una pizca de sal y a fuego bajo, dejadla reducir un tiempo más.
Finalmente, añadid la nata líquida y lo dejáis un rato más hasta que tenga buena textura de salsa.
Probadla y rectificad de sal si hace falta.
Y ya la tenéis a punto para servir. La podéis congelar si queréis. ¡Buen provecho!