Una salsa de setas, fina, cremosa, elegante, de aquellas con las que quedas bien. Los rebozuelos, o Cantharellus Cibarius, sueño unas setas bastante aromáticas, carnosas y no salen gusanos. Son una esponja. Su peculiar permeabilidad hace que absorban con facilidad los jugos y sabores que lo rodean, lo que hace que esta seta sea muy apreciada en cocina. Esta seta es relativamente fácil de encontrar en tiendas y mercado cuando es temporada, y tampoco es excesivamente caro. Como veréis, yo he optado por añadir una guindilla a la salsa y darle un ligero pero agradable toque picante. Si no queréis, no le pongáis. Esta es una salsa muy versátil con la que podréis acompañar platos de carne, pescado o pasta. Se hace relativamente rápido.
300 g de rebozuelos frescos
2 dientes de ajo
1 cebolla trinchada
1 trozo de puerro (1/3 parte)
500 ml leche evaporada
pimienta negra
Variantes:
- Podéis añadir una guindilla picante
- Se puede utilizar mantequilla en lugar de aceite
- Podéis añadir otros tipos de setas
- Se puede acabar con caldo de carne o verdura atado con un roux en lugar de poner lácticos
Limpiad bien las setas y reservadlas.
Cortad el ajo en láminas.
Picad la cebolla
Picad el puerro.
Poned a dorar el ajo con un buen chorro de aceite de oliva.
Dejadlo dorar con el ajo.
Seguidamente, tirad la cebolla y el puerro y dejadlo sofreír a fuego medio.
Mientras tanto, picad un poco los rebozuelos.
Cuando la cebolla esté transparente añadid las setas.
Un poco de pimienta negra
Un poco de sal
Y dejadlo cocer poco a poco
Hasta que se evapore toda el agua, que empiece a chirriar.
A continuación, verted la leche evaporada dentro de la sartén.
Dejad cocer la salsa a fuego lento hasta que hierva un par de minutos.
Traspasadlo todo a un tarro para triturar.
Pasadle la batidora eléctrica hasta que quede bien fino.
Perfecto.
Volvéis a pasar la salsa a la sartén.
Dejadla reducir entre 5-10 minutos. Rectificad de sal.
Y ya la tenéis hecha.
Como ejemplo, aquí tenéis unos macarrones con salsa de rebozuelos.
¡Buen provecho!