De vez en cuando, y de forma casi inesperada, puedes quedar maravillado por el sabor de un plato de invención propia. Es cuando te das cuenta que aquella combinación debía ser encontrada.
Hoy os quiero recomendar esta sencilla receta que transforma una receta tradicional de invierno en un plato más versátil, apto para todas las estaciones del año y con toda la personalidad del mundo. Además, lo tendréis hecho en pocos minutos y el resultado os sorprenderá mucho. ¡Probadlo y compartid vuestra experiencia!
200 g de habas cocidas en conserva
150 g de tomate seco y conservado en aceite a trozos
1 trozo de butifarra negra a trozos
100 g de tacos de jamón ibérico
menta fresca picada
2 ajos laminados
2 3 ajos tiernos a trozos
1 vaso de moscatel
1 huevo frito
aceite de oliva virgen extra
sal en escamas
Variantes:
- Podéis hacerlo con guisantes
Preparad todos los ingredientes.
El tomate seco en aceite lo podéis encontrar en cualquier supermercado. Es un producto muy utilizado en Italia. Su sabor es intenso.
Cortad a trozos el tomate, la butifarra, el jamón y el ajo tierno.
Poned un chorrito de aceite de oliva a calentar en una paella. Podéis aprovechar el aceite de los tomates en conserva. Dorad los ajos laminados.
Seguidamente, añadid los ajos tiernos con el tomate y le dais un par de vueltas.
A continuación, añadid el jamón.
Hasta que quede dorado.
Verted las habas. Lo removéis todo y lo salteais, unas vueltas más.
Finalmente, salteadlo todo con la butifarra, más delicada.
Cuando la butifarra tenga color, ya podéis incorporar el vaso de moscatel.
Y lo tapáis. La idea se ahogarlo con el vino y evaporar el alcohol.
Buscamos caramelizar el conjunto con los azúcares del moscatel.
Tenéis que dejarlo reducir hasta que no quede líquido y coja un bonito brillo. En este punto, tirad un poco de menta picada por encima.
Un par de vueltas más y ya lo podéis servir.
Yo os recomiendo servirlo con un huevo frito debajo.
Primero colocad el huevo.
Y lo cubrís con este espectacular salteado.
Ya para acabar, un chorrito de aceite de oliva virgen en crudo, un poco de sal en escamas, menta y unas barritas de pan crujientes.
Estos "sticks" de pan romperán la yema, que se dejará ver por debajo. ¡Buen Provecho!