¿Cuántas sardinas en escabeche me habré comido de pequeño? Muchas, claro está. Mi madre me hacía a menudo y es un producto que, al estar escabechado, y a pesar de ser pescado, se conserva durante muchos días, incluso se conserva bien fuera de la nevera, aunque yo os recomiendo que lo guardéis en la nevera.
No tiene demasiado secreto este plato, pero si que es cierto que cuesta mucho de encontrar en bares y restaurantes hoy en dia. Es un plato de aquellos que sólo lo hacemos en casa. Obviamente no tiene nada que ver con las sardinas en escabeche que podemos comprar en conserva, que parece de todo menos lo que dice que es.
¡Aprovechad las sardinas cuando es temporada, que siempre va bien un poco de pescado azul para el organismo!
400 g de sardina fresca
un poco de harina
1 cabeza de ajo
2 vasos de aceite de oliva virgen extra
1 vaso de vinagre de vino
una rama de tomillo
una rama de romero
3 hojas de laurel
2 cucharadas de pimentón dulce
1 guindilla picante
agua (si hace falta)
sal
Variantes:
Se puede añadir pimentón picante
Se puede añadir cebolla cortada a la juliana
Hay quien le pone orégano
Lavad las sardinas una primera vez. Da un poco de trabajo limpiart las sardinas, es verdad. Y en la pescadería no siempre tienen tiempo para hacerte el trabajo. Depende del día o de si hay mucha cola.
Antes de nada le sacáis todas las escamas bajo el agua. Veréis que tienen muchas.
Con el mismo movimiento casi os llevaréis buena parte de los intestinos. Ya sé que son imágenes un poco desagradables, pero se tenía que enseñar.
Ahora, introducid el dedo gordo dentro de la barriga y haced salir el resto de intestinos.
Las saláis y las enharináis.
Preparad una sartén con abundante aceite. Yo utilizo de girasol o para freír.
Cuando esté bien caliente, las freís.
Por ambos lados.
Una vez fritas, las reserváis sobre un papel absorbente.
A continuación, las colocáis en una cazuela de barro, bien distribuidas.
El orden es importante. Pensad que el escabeche se tendrá que esparcir bien.
Ya me comía una yo...jeje
Seguidamente, aprovechad el aceite de freír las sardinas, pero pasadlo por un colador.
Perfecto.
Llenad un vaso con este aceite...
... y lo ponéis en una sartén...
... un segundo vaso de aceite y doráis un poco 4 o 5 ajos enteros .
Ahora, poned el tomillo, el laurel y el romero.
Bien repartido.
Añadid el pimentón, lo removéis una pizca e inmediatamente (antes de que se queme la pimienta). Muy poco a poco, añadid un vaso de vinagre a la sartén. ¡Mucho cuidado! Que hace una reacción un poco bestia y se os puede encender la sartén. Tened a punto una tapa por si acaso. Y repito, poco a poco.
Una vez mezclado el aceite con el vinagre, dejadlo cocer unos 4 minutos.
Removed un poco...
... y ya lo tendréis a punto para tirarlo por encima de las sardinas.
Bien esparcido. Este caldito las tendría que cubrir por completo.
Que no quede ninguna sardina sin escabeche. Como veis ahora le he añadido una guindilla.
Con esta única guindilla, cogerá un punto picante muy agradable. Ya sólo lo tenéis que dejar enfriar unas cuatro horas mínimo antes de comer.
Pero de todas formas yo os aconsejo comerlo el día siguiente o dos días después. Guardadlo en la nevera.
Y listo para comer.
¡Están muy buenas!
¡Ummmm!
A medida que las vais comiendo, las tendréis que ir cambiando de recipiente a uno más pequeño, para garantizar que el escabeche siempre las cubre.
¡Buen Provecho!