El otro día, no hace mucho, fui a comer a casa de mi hermano Manel. Aparte de comer una buena fideuá, nos preparó unas sardinas rebozadas con huevo y ajo y perejil, y hacía años pero muchos años, que no las comía. Casi no las recordaba y mira que había comido muchas de pequeño, ¿eh?
Me ha faltado tiempo para publicarla, ya que no podía faltar en este blog. Una buena manera de comer pescado azul. Sólo me gustaría resaltar que es importante servirlas calientes y si puede están algo crujientes mejor. Las sardinas pequeñas son más adecuadas que las grandes, por el tema espinas sobre todo. En fin. Es una buena receta, fácil de hacer también.
400gr. sardina fresca pequeña (sin espina y descamada)
harina
2 huevos
ajo y perejil picado
aceite para freír
sal
Variantes:
Se puede añadir cerveza
Se puede omitir el uso del ajo y perejil
Se recomienda acompañarlas de pan con tomate.
También se puede hacer con boquerón
Lo que os comentaba, mejor las de medida pequeña. Las espinas grandes pueden resultar desagradables.
Limpiadlas bien, sobre todo de escamas.
Saladlas mientras se calienta el aceite para freír.
Ahora picamos un par de ajos con una pizca de perejil.
Batimos un par de huevos...
... echamos el ajo y perejil.
Ahora enharinamos las sardinas...
... y seguidamente las pasamos por el huevo con ajo y perejil..
... que queden bien empapadas.
Una vez fritas, las reservamos sobre un papel absorbente.
Y ya las podemos servir con un poco de pan con tomate.
¡Qué olorcito más bueno!
Espero que os gusten.
¡Buen Provecho!