Hay que aprovechar bien la temporada de fresas, para eso, hoy os presentamos un postre de lo más refrescante. La fresa, además de estar muy buena y ser muy versátil en la cocina, disfruta de unas propiedades nutricionales que conviene recordar. Tiene mucha vitamina C (más que otras frutas), vitamina A, vitamina B9 (ácido fólico), importando para las embarazadas.
¡Vamos!
500 g de fresas
el zumo de una naranja
el zumo de un limón
un chorro de vinagre balsámico
piel de limón
50 g de azúcar
40 ml de agua
Variantes:
Podéis decorar la sopa con otras frutas como kiwi, naranja, arándanos, frambuesas, cerezas, etc.
Se puede servir con una bola de helado
Haced un almíbar con el azúcar y el agua. Removedlos bien y una vez arranque el hervor esperad un minuto aproximadamente (que se funda el azúcar) y ya podréis apagar el fuego. Dejadlo enfriar a temperatura ambiente.
A continuación, retirad las hojas verdes y la parte más blanca de las fresas. Reservad un par de fresas por persona para decorar el plato, las más bonitas.
Una vez el almíbar esté completamente frío, pasadlo dentro de un recipiente para batir.
Poned las fresas.
Exprimid una naranja.
Exprimid un limón también.
Añadid el zumo de los cítricos al tarro con las fresas.
Ahora, añadid un chorro de vinagre balsámico. El vinagre combina muy bien con la fresa, ya lo sabéis.
Tampoco os paséis y condicionad el plato. Aproximadamente una cucharilla de café de vinagre.
Y ahora si, por fin, trituráis la mezcla hasta dejarlo bien fino. Reservad esta sopa en la nevera al menos dos horas, que coja frío.
En el momento de emplatar, preparad otras frutas para decorar plato y aprovechad las fresas más bonitas que habíais reservado anteriormente.
Ahora, colocad unas frutas en el fondo del plato y verted la sopa. Este proceso lo podéis hacer en mesa si queréis, que siempre queda espectacular.
¡Buen provecho!