Cuando el sol calienta de verdad, en verano, sólo buscamos la manera de dedicar el mínimo esfuerzo a la cocina, que aquello que comemos sea saludable, nos hidrate y además nos refresque. Y la sandía siempre tiene todos los números de participar en la receta.
Os presento una elaboración muy sencilla que os encantará. No hace falta que os explique ahora las bondades de la sandía, como tampoco las del jengibre. Pero si quiero destacar que la combinación de estos dos productos resulta muy atractiva. Si además, lo decoramos con unas bolitas del mejor melón, a buen seguro que triunfaréis con el plato. Probadlo y hablamos.
2 rebanadas anchas de sandía
un trozo de melón tipo Charentais
un trozo de melón tipo Galia
1 trozo de jengibre fresco
el zumo de un limón
menta para decorar
Como pasa siempre, la clave es disponer de una sandía bien dulce y madura, de plena temporada.
Cortad dos rebanadas anchas: una por persona vaya. Y no os preocupéis por las semillas.
Cortad la sandía a trozos, que vayan bien para pasar por la batidora. Lo reserváis.
Con el resto de la sandía haced algunas bolas por decorar.
Haced bolas con los diferentes tipos de melón que tengáis. Como veis, se identifican rápidamente por el color de la carne y por el tipo de piel.
Con la misma herramienta haced más bolas.
Paciencia y haciendo rodar la herramienta dentro del melón.
Este tipo de tareas son las que podéis delegar a vuestros hijos, que les gustará.
Reservad todas las bolas en la nevera hasta el momento de emplatar.
Por otra parte, pelad el jengibre fresco.
Os recomiendo, para esta cantidad de sandía, poner un trozo así. Aunque yo he puesto dos, ya que me gusta mucho el jengibre.
Poned la sandía dentro de la batidora.
Exprimid el zumo de un limón dentro. No sufráis por las semillas, que después se tiene que colar.
Añadís también el jengibre.
Como os he comentado, yo pongo dos. Probad primero con uno y si queréis ponéis más, pero cuidado con el jengibre que no a todo el mundo le gusta su sabor.
Y a triturar.
Que quede bien fino.
Ahora, pasadlo todo por un colador.
Os quedarán las semillas para tirar.
Y la sopa de sandía bien limpia. En este punto tenéis que poner a enfriar la sopa en la nevera hasta el momento de emplatar.
Poned unas bolas en un plato de sopa, con un poco de gracia si puede ser.
Y verted la sopa hasta que llegue a media bola.
Si os gusta, podéis añadir una pizca de pimienta negra. Si, no nada.
¡Decorad con un poco de menta y hacia la mesa! ¡Buen Provecho!