Excelente sopita que siempre entra bien. A mí es que me encantan todas las sopas de pescado. Podéis aprovechar todo tipo de espinas y restos de pescado blanco para hacer el caldo. A pesar de ser una sopa de rape, como ingrediente principal, podéis poner otros tipos de pescado o acompañarla de unas gambas peladas (cómo he hecho yo), unos mejillones o unas almejas, todo bien fresco, claro está.
Si queréis disfrutar todavía más de este plato, dejadlo reposar unas horas antes de consumirlo. Vaya, cómo acostumbra a pasar con casi todos los platos tradicionales. Los ingredientes, los sabores, los aromas se integran mucho mejor. En casa gusta mucho, tanto a los grandes como a los pequeños y es un plato que podéis cocinar en cualquier momento, ya que no está asociado a ninguna temporada, aunque tenemos que reconocer que en épocas de frío siempre apetece más una sopita caliente, ¿verdad?
1 rape de 1 kg
cabeza y espinas de pescado blanco
5 tomates maduros picados
3 dientes de ajo chafados
2 cebollas picadas
rebanadas de pan
laurel
tomillo
agua
Para la picada:
20 g de almendras tostadas
unas briznas de azafrán
pimienta
sal
Variantes:
- Se pueden añadir unas gotas de anís o de absenta
- Se puede añadir un poco de pimentón
- Se pueden añadir gambas peladas, mejillones o almejas
Preparad todos los ingredientes.
Primero de todo laváis bien el pescado.
Aprovechad todos los restos de pescado blanco que tengan en la pescadería. Haced un caldo con todo este pescado.
Yo he puesto unos cangrejos de playa, que dan muy buen sabor.
El laurel.
Un poco de tomillo y dejadlo hervir durante unos 20-25 minutos con un poco de sal.
La cola de rape tiene que estar limpia de espina, que se hagan los dos lomos y la espina para el caldo también.
Cortad el rape a trozos hermosos.
Aprovechad para rayar los tomates, que si son de temporada mejor, claro está.
Muy bien.
A mí me gusta añadir un poco de pimentón, que dará sabor y color. Pero es opcional.
Chafad los dientes de ajo.
La piel saldrá sola.
Poned un chorro de aceite de oliva en una olla. No os paséis.
Poned un ajo para aromatizar el aceite.
Aparte del rape, a mí me gusta añadir unas gambas peladas, pero es opcional también.
En cuanto cojan color las retiráis.
Y las reserváis.
En este mismo aceite, dorad el resto del ajo.
De vez en cuando, vigilad el caldo.
Picad la cebolla.
Y añadidla al ajo.
Dejadlo hacer unos 10 minutos a fuego medio. Remover de vez en cuando.
Cuando la cebolla tenga color...
ya podéis añadir el tomate.
Un punto de sal y dejáis que se haga el sofrito unos 10-15 minutos más. Vigilad no se queme.
Mientras se hace el sofrito, preparad la picada.
Tenéis que poner unas briznas de azafrán, no demasiado.
Poned las almendras, el azafrán, la sal y...
un poco de pimienta negra en un mortero.
Picad la picada.
Que quede lo bastante fina, pero sin volveros locos tampoco.
Añadid el pan al sofrito. Eso hará espesar la sopa.
Removedlo bien. No os preocupéis que después lo trituraremos.
El caldo ya lo tendréis hecho.
Ahora, con la ayuda de un colador, pasad el caldo a la otra cazuela, donde tenéis el sofrito.
Perfecto.
Trituradlo bien fino.
Muy bien.
Y ahora, dejad que hierva unos 10-15 minutos más.
Hasta que quede una sopa con buen color.
En este momento, ya podéis añadir la picada.
También las gambas.
Y finalmente el rape.
Dejadlo hervir 10 minutos más y ya podréis parar el fuego.
¡Está perfecto!
Podéis servir la sopa inmediatamente.
Picad un poco de perejil fresco y tiradlo por encima.
¡Y a comer!
Esta sopa está muy buena, creedme.
Con respecto a la textura, os quiero decir que es normal que queden placas de aceite, ya que el aceite no se integra demasiado bien con el agua y necesita tiempo. Eso se consigue dejando reposar la sopa unas horas, muy aconsejable.
Vaya, que de un día para otro está todavía mejor.
Al día siguiente veréis cómo la textura es más uniforme. ¡Buen provecho!