De nuevo, un plato marinero, de los que hace el domingo. Un "suquet" hecho con sepia, patatas, gambas ya peladas y unos berberechos frescos para decorar el plato. Muy sencillo, pero bueno.
Solo os tendréis que preocupar de escoger el vino que más os guste y disfrutar de un merecido reposo.
Estos platos merecen predisposición y tiempo para disfrutarlos. Pero también os digo, que si lleváis un táper con este plato al trabajo cualquier día entre semana, haréis rugir muchos estómagos, y os mirarán con mucha envidia.
Oiréis a más de uno decir "qué es ese olor tan bueno"?.
¡Vamos!
4 patatas medias partidas
1 sepia cortada en dados (con la salsa marrón)
400 g de gambas peladas
un puñado de berberechos frescos
1 cebolla picada
2 tomates rayados
2 dientes de ajo
hierbas aromáticas (opcional)
1 pimiento verde picado
unas briznas de azafrán
1 cucharada de pimentón
1 vaso de vino blanco
perejil fresco
agua o caldo de pescado
aceite de oliva
pimienta negra
sal
Variantes:
- Podéis añadir un poco de guindilla picante
- Se puede añadir una picada de almendra y pan tostado, e incluso, un poco de chocolate
Preparad todos los ingredientes.
Primero, ponéis los berberechos en abundante agua con sal para purgarlos de arena. Si pueden estar un par de horas mejor, si no, al menos 30 minutos. Oledlos bien antes, ya que uno solo puede estropear todo el resto.
Lavad bien la sepia y reservad la salsa marrón (bazo).
Lavad también las gambas peladas.
En una cazuela, poned un generoso chorro de aceite de oliva y dorad los ajos.
Poned la sepia y dejadla que se tueste un poco.
Mientras tanto, podéis aprovechar para ir picando la cebolla, el pimiento e ir rayando el tomate.
Mezclad la mitad del bazo con el tomate, el resto lo descartáis, ya que puede resultar demasiado fuerte de sabor.
Removéis la sepia de vez en cuando y cuando empiece a estallar y a pegarse en el fondo, será el momento de reservarla.
Perfecto.
Precisamente, estos restos tostados de sepia en el fondo le darán mucho sabor al plato.
Saltead, vuelva y vuelta, las gambas y en seguida que cambien de color también las reserváis.
Muy bien.
En el mismo aceite (si hace falta añadid un poco más), tirad la cebolla picada y el pimiento verde.
Si os gusta, podéis añadir un poco de picante.
Cuando la cebolla y el pimiento estén bien dorados, podréis añadir las hierbas aromáticas, las briznas de azafrán y una cucharadita de pimentón. Le dais un par de vueltas.
Seguidamente, sin esperar demasiado para que no se queme el azafrán ni el pimentón, incorporad la mezcla de bazo y tomate.
Lo saláis un poco y, a fuego bajo, lo dejáis reducir unos 10 minutos, hasta que se empiece a pegar de nuevo, que se consuma toda el agua del tomate.
Mientras tanto, partid las patatas. De esta manera el almidón ligará la salsa.
Incorporad las patatas con un poco de perejil fresco y lo removéis todo junto.
También podéis añadir la sepia.
Echad un vaso de vino blanco.
Lo tapáis y dejáis que el alcohol se evapore durante 8-10 minutos más. Removiendo de vez en cuando.
Y ahora si, lo cubrís todo con agua o caldo de pescado. No hay que poner más de la cuenta. Que sólo casi cubra las patatas. Lo saláis un poco más y a cocer unos 20-25 minutos a fuego bajo.
En paralelo, lavad de nuevo los berberechos y los hacéis vapor.
Escogedlos bien, ya que encontraréis muchas conchas vacías.
La idea es conseguir tener pocas conchas pero con doble ración de berberecho, y con eso decoraréis el plato.
Pasados unos 20 minutos controlad la cocción de la patata y la sepia. Si hay que añadir una pizca más de agua o sal, lo hacéis.
Cuando la patata y la sepia estén totalmente cocidas, añadid las gambas.
Finalmente, una pizca más de perejil fresco picado por encima y ya podéis parar el fuego.
Dejad reposar el plato entre 30-60 minutos. Incluso, mejor que repose una noche entera. ¡Al día siguiente fliparéis!
Lo calentáis un poco y ya lo podéis servir. Por encima, colocad los berberechos, que quede bonito.
¡Buen provecho!