Una de las masas más utilizadas en pastelería es la pasta salada. Se puede hacer dulce (pasta brisa), y utilizar para hacer tartaletas y postres dulces o se puede hacer salada, y elaborar una quiche lorraine o una variedad de pastas saladas de aperitivo, etc.... Cuando trabajaba en la pastelería, la hacíamos siempre que teníamos un catering o lunch, y acompañábamos los canapés con un surtido de estas pastas, junto con repostería variada de postres. Era garantía de éxito.

Se pueden rellenar de todo lo que queráis, obviamente, pero yo os indicaré las más representativas. Si tenéis que hacer una presentación o un convite familiar o una celebración, podéis servir, entre patatas, olivas y otros elementos del vermut, unas bandejas de pasta salada variada... que siempre formalizan una ocasión, y vuestros invitados quedarán muy sorprendidos y agradecidos de vuestra dedicación. También las podéis combinar con unas mini-pizzas... es cuestión de poner ganas e imaginación... como todo en la vida, vaya. Una vez preparadas las tiras en crudo, yo os aconsejo congelarlas un día. Al día siguiente se cortarán mejor. Pero vemos el paso a paso.

Ingredientes

1 kg. masa de pasta salada

2 huevos

semillas de sésamo

semillas de amapola

 

Relleno:

anchoas

frankfurt

queso roquefort

queso parmesano

paté de hígado de cerdo

sobrasada

jamón

Preparación
1.

Preparamos la pasta salada y la dejamos enfriar en la nevera.

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Como comento en la introducción, os recomiendo la lectura previa de la receta de la masa de la pasta salada.

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Lo enrollamos con la masa.

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Ahora, ponemos una tira de anchoas.

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Lo cortamos.

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Le damos un par de vueltas...

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... y ya tenemos una tira a punto para ser cortada y cocida. Pero no lo haremos ahora.

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Yo os aconsejo congelar estas tiras, ya que una vez congeladas se cortan mejor y conservaréis mejor la forma redonda que tiene. Si no queréis esperar, con una o dos horas ya vale. A mí me gusta preparar todas las tiras, congelarlas y otro día cocerlas, que es más rápido.

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Haremos el mismo proceso pero con paté.

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Y lo enrolláis hasta que quede el mismo grosor que las primeras que hemos hecho.

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Igual que antes, lo congelamos.

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Cogemos otro trozo de masa que tenemos en la nevera... más harina... y más rodillo... bien estirada.

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Ahora haremos unas de frankfurt con mostaza.

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Podéis poner ketchup, salsa brava, mayonesa... lo que queráis. Si la salchicha es grande, con la mitad ya haremos, si no, si es delgadita, la podéis poner entera.

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En cualquier momento, si notáis que no sella bien la pasta... podéis pintarla con un poco de agua.

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Esta, en concreto, la podéis cortar y hornear directamente, ya que la misma forma del frankfurt garantiza la estabilidad y la forma de la pieza. Pero yo lo congelo todo.

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Pasadas unas horas (o al día siguiente... o pasados 15 días)... sacamos las tiras congeladas y las dejamos descongelar unos 10-15 minutos.

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Si las cortáis totalmente congeladas se os pueden romper. Es mejor esperar a encontrar aquel "punto" de descongelación....donde la pasta está congelada por dentro pero se deja cortar bien. Lo notaréis enseguida.

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Iremos colocando nuestra pasta salada sobre un papel cuisson en una bandeja para el horno.

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¿Habéis visto que perfectos quedan?

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Ahora, utilizaremos 2 o 3 yemas de huevo para pintarlas.

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Muy bien.

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Las colocamos en la bandeja para el horno y, de paso, ya podéis precalentar el horno a 190 grados.

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También las pintamos con yema de huevo.

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Mientras se hacen unas, podéis ir preparando las otras. Estas son las de frankfurt con mostaza.

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Las coceremos a continuación.

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Y así, haced lo mismo con todas las variedades que queráis hacer.

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Esta es de jamón con queso, pintada y con semillas de sésamo.

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Una vez cocidas... ¿quedan chulas, eh?

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No puedo evitar probar una.

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Podéis hacer triángulos de chorizo... rollitos de roquefort... etc, etc...

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Tienen que quedar doraditas.

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Qué aroma!.

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¿Y las de frankurt, cómo van?

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Las de sobrasada con anchoa...

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... las de paté...

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Ahora es cuestión de servirlo directamente o dejarlo enfriar.

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Normalmente esto se come frío, ya que son aperitivos para picar en frío. Pero se pueden servir calientes también. Si lo queréis transportar, sobre todo sobre todo, no lo apiléis hasta que esté bien frío o se ablandará.

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Cuando estén completamente frías... las guardamos en el tupper.

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Y finalmente os quiero enseñar como hacer el crujiente de queso... una pieza básica en este surtido.

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Una vez estirada la masa... ponemos encima un papel cuisson.

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Hacemos que se enganche un poco y eso nos permitirá darle la vuelta con facilidad.

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Nos hará falta un poco de agua...

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... y el queso que más os guste.

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Ponemos la lámina de masa con el papel sobre una bandeja para el horno y la pintamos con agua...

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... e inmediatamente echamos el queso rayado por encima...

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Procurad apretarlo una pizca para que se enganche bien el queso.

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Cortad las porciones ahora.

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Más o menos una medida como esta. Este precorte facilitará el corte posterior.

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Cuando tengamos el horno a punto... a unos 180-190 grados lo tenemos que cocer hasta que quede tostadito, bien crujiente. Es imprescindible que quede crujiente.

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Una vez cocido, veréis cómo se pueden separar fácilmente gracias al precorte que hemos hecho antes.

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Y ya está, dejadlas enfriar sin apilar.

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Ya podemos ir montando las nuestras bandeja de pasta salada.

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¿A que quedan chulas al final?

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Llevan trabajo, sí, pero vale la pena... y podéis hacer para congelar.

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Ummmm, qué olorcito!.

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¡Buen Provecho!