¿Os gusta la pasta? La receta que os proponemos hoy es de lo más sencillo de hacer y el resultado es excelente.
Como siempre, pocos ingredientes de primera calidad garantizarán el éxito en la mesa. ¡Vamos!
500 g de pasta tipo tagliatelle
200 ml de nata líquida para cocinar
1 pechuga de pollo a dados
1 cebolla picada
2 ajos laminados
3 cucharadas de concentrado de tomate
un chorro de vino blanco
pimienta negra
aceite de oliva
hojas de albahaca fresca
sal
queso de Parma
Variantes:
Podéis utilizar leche evaporada para rebajar de calorías el plato
Podéis utilizar tomate natural
Podéis hacer el mismo plato con todo tipo de pasta
Preparad los ingredientes.
Retirad la grasa de la pechuga de pollo.
Cortad el pollo en dados.
Cortad el ajo en láminas.
Salpimentad el pollo.
Poned un buen chorro de aceite de oliva en una sartén y dorad ligeramente el ajo.
Seguidamente, añadid el pollo y dejad freír por los dos lados.
Mientras tanto, aprovechad para picar la cebolla.
Una vez esté el pollo hecho, retiradlo y reservadlo.
En la misma sartén sofreíd la cebolla. Si hace falta poned una más de aceite.
Dejad que la cebolla se haga poco a poco. Cuando falte líquido añadid un chorro de vino blanco y dejad que se siga haciendo.
La idea es que casi quede caramelizada. Dejadlo hacer hasta que se haya evaporado todo el líquido de nuevo.
A continuación poned el concentrado de tomate en la sartén.
Lo removéis bien y lo dejáis hacer unos instantes.
Picad unas hojas de albahaca.
Y añadidlas al sofrito.
Incorporad de nuevo el pollo a la sartén y lo mezcláis bien.
Dejadlo que se haga unos instantes todo junto.
Ahora, incorporad la nata líquida (o leche evaporada).
Saladlo.
Y removedlo hasta que la salsa quede bien ligada. Con tres o cuatro minutos lo tendréis a punto. Apagad el fuego y lo reserváis.
Poned abundante agua con sal en una olla. Como podéis ver esta tagliatelle viene en forma de nido.
Cuando arranque el hervor, poned la pasta y dejadla hacer el tiempo que indique el fabricante, que seguramente estará entre 9 y 11 minutos.
Añadid la pasta bien escurrida al preparado.
Encendéis el fuego y calentáis el conjunto mezclando la pasta con el sofrito y el pollo.
Servidlo inmediatamente con un poco de queso de Parma por encima y decorad el plato con hojas de albahaca.
¡Buen provecho!