Ya sabéis cómo me gusta combinar la pasta con el pescado y el marisco. Hoy unos tallarines con sepia chiquitina, almejas y una salsita hecha con mucho ajo. Y es que no hay que ser ningún «MasterChef» para darse cuenta de que con la gran variedad existente de estos productos sólo hace falta un mínimo de imaginación para hacer nuevos platos de pasta de forma constante y, además, con la seguridad que prácticamente siempre quedan buenos. En este caso, con la guindilla, he querido aportar un toque picante al conjunto, pero lo podéis obviar si queréis. Una receta buena, sana y fácil de hacer. Espero que os guste.
200 g tallarines
100 g sepia pequeña
150 g almejas frescas
2 ajos picados
2 hojas de laurel
1 guindilla
1 cucharada de pimentón
pimienta negra
aceite de oliva
sal
Variantes:
- Si no lo queréis picante no pongáis guindilla
- Podéis utilizar la pasta que más os guste
- Se puede cambiar la sepia por calamar o chipirones
Preparamos todos los ingredientes.
De entrada, abriremos las almejas a la plancha. Si antes las habéis tenido media hora en agua y sal para purgarlas de sal, mejor. Podéis echar un chorro de aceite de oliva.
Tapad la sartén para abrirlas en su propio vapor.
A los pocos minutos, en cuanto se abran, las reservamos.
Sacadlas de la concha.
Ahora vamos a hacer las sepias. Como podéis comprobar, son de medida pequeña y las haremos enteras.
En una sartén bien caliente con un chorro de aceite saltearemos la sepia.
En 4 o 5 minutos la sepia cogerá buen color y quedará tostadita. La reservaremos.
Mientras tanto, pondremos abundante agua a hervir con sal y coceremos los tallarines.
Pongamos también el laurel. Los tendremos cocidos en 10 minutos.
Vamos a preparar la salsa final que haremos coincidir con la cocción de la pasta. Recordad que la pasta no se tiene que cocer antes para remojarla con agua fría. Se tiene que cocer al momento y consumir sólo escurrida.
Picamos el ajo.
Utilizaremos la misma sartén de hacer las sepias, donde tiraremos un nuevo chorro de aceite. De dos a tres cucharadas grandes.
A continuación, poned la cantidad de guindilla que queráis. ¡Cuidado! No os paséis.
Enseguida, ya que la guindilla se tuesta inmediatamente, tiraremos el ajo.
Pasados pocos segundos, cuando el ajo empiece a coger color, verteremos una cucharadita de pimentón.
Apagamos el fuego y lo removemos todo junto. Ya tenemos hecha la salsa de ajo.
La pasta ya está cocida y la emplatamos.
Lo decoramos con las sepias y las almejas.
Y finalmente, lo rociamos todo con un poco de salsa por encima, la cantidad que queráis.
Ya para acabar, una pizca de pimienta en todo el plato le irá muy bien.
Podéis dar un golpe de horno o microondas al plato si se os enfría en exceso.
Y a disfrutar.
Mientras coméis, la pasta la salsa irá dando en la pasta un tono más rojizo. ¡Buen provecho!