Hoy os presento una tapa muy sugerente, de aquellas que entran por la vista. De hecho, no es ninguna innovación, ya que no deja de ser un pulpo a feira (que no falla nunca), al que le daremos una presentación diferente y naparemos con un alioli suave de perejil.
Para garantizar el éxito, es importante dar una correcta cocción a la patata y, sobre todo, al pulpo. Sólo os hará falta un poco de buen gusto a la hora de presentar esta exitosa tapa que se come tibia. Espero que os guste.
1 pata grande de pulpo cocido
1 patata grande cocida
aceite de oliva virgen extra
pimentón
sal
Variantes:
Se puede coronar la tapa con un poco de sal en escamas
Podéis utilizar otros tipos de alioli
Antes de nada, tendremos que conseguir una pata de pulpo cocida. Yo os recomiendo cocerla vosotros mismos, ya que siempre os quedará mejor que las patas de pulpo cocidas en que venden al supermercado. Podéis congelar el pulpo cocido por patas.
El recipiente de presentación de la tapa siempre es importante. Haced un esfuerzo en este aspecto.
Poned un pequeño chorro de aceite y una pizca de pimentón, que puede ser dulce o picante.
Muy bien.
Cortad la patata cocida en rodajas un poco gruesas.
Las podéis utilizar directamente o...
... recortarlas con un vaso de chupito para darle un acabado más profesional y ajustarlas al recipiente final.
Así quedan muy bonitas.
Colocad la patata y saladla.
A continuación, poned también un poco de pimentón.
Y ahora cortad unas rodajas de pulpo.
La rodaja tiene que ser gruesa, bonita.
Procurad que todas las rodajas tengan un grosor similar: la estética importa.
De nuevo, un poco de pimentón por encima del pulpo. Si lo habéis cocido con sal, no habrá que añadir más.
Un chorro de aceite de oliva virgen extra, que no falte. De hecho, lo podríais servir así directamente.
Por último, calentadlo todo en el microondas para darle un golpe de calor. Al salir, napad la tapa con un poco de alioli de perejil.
Y ya la tendréis acabada. Es una tapa que se come tibia.
¡Buen provecho!