Uno de mis pasteles favoritos. Además, creo que es el pastel más sencillo de hacer que existe, de verdad lo digo, ¿eh?... ya lo veréis
250 g de almendra marcona en polvo
50 g de almendra marcona en grano
250 g de azúcar
5 huevos
5 gotas de esencia natural de limón
1 chorrito de vino "Pedro Ximenez"
1/2 cucharada de canela en polvo
1 hoja de pasta brisa
Variantes:
- Si la hacéis sin pasta brisa necesitaréis harina y mantequilla para untar el molde y evitar que se pegue
- Podéis cambiar a "Pedro Ximenez" por cualquier vino dulce (moscatel, mistela, etc...)
- Podéis sustituir la esencia de limón por ralladura de piel de limón
- Si no os gustar encontraros los trocitos de almendra, podéis utilizar 300 g de almendra en polvo y no utilizar la almendra en grano.
Preparamos todos los ingredientes.
Recordad que al acabar nos hará falta una cruz de Santiago para poder decorar el pastel. Yo me lo he hecho con plástico duro y así la podré lavar con agua si hace falta.
Si se os monta no pasa nada podéis chafarla un poco y nivelarla.
Reservamos el molde forrado.
Ahora en un cuenco batiremos los huevos...
... con el azúcar.
Añadiremos también la almendra en polvo...
... y la almendra en grano.
Lo mezclaremos manualmente con una batidora.
Perfecto.
Ahora añadiremos la canela molida.
Un poco al gusto.
También pondremos la esencia de limón que podéis comprar en cualquier herbolario. Si no tenéis siempre podéis utilizar la ralladura de la piel de un limón.
Yo pondré 5 gotas.
Y finalmente el vino dulce. Yo he gastado este "Pedro Ximenez" que tenía a mano pero podéis utilizar un Oporto, un moscatel o una mistela cualquiera.
He puesto aproximadamente una taza de café.
Muy bien.
Lo mezclamos todo junto de nuevo.
Y ahora si, ya podemos verter nuestra mezcla dentro del molde que teníamos forrado con pasta brisa.
¿Limpiadlo bien, eh?
Si queréis podéis recortar la pasta brisa sobrante con un cuchillo.
Por el resto de pasta brisa sobrante no os preocupéis. Ahora sólo nos quedará hornear nuestro pastel.
Lo tenemos que cocer a 170 grados durante unos 50 minutos aproximadamente.
Controlad la cocción de vez en cuando. Si notáis que vuestro horno tuesta en exceso el relleno...
... podéis tapar lo amases con una hoja de papel de aluminio y acabar así la cocción.
Una vez fuera del horno, podéis recortar el exceso de pasta brisa con facilidad.
Prácticamente saldrá de una pieza.
Una vez se haya enfriado a temperatura ambiente le daremos la vuelta como si de una tortilla se tratara...
... para colocarlo sobre un cartón y blonda.
¿Qué nos queda?... ¡decorar con la cruz de Santiago, claro está!
Un poco de azúcar en polvo (lustre)...
... y al retirar la cruz ya tendremos el pastel acabado.
¿Tiene buena pinta, no?
Haremos un corte.
¡Qué bueno! ¡me encanta este pastel!
¿Pero falta alguna cosita, no?
¡Claro! ¡el vino! tirad un buen chorro de vino dulce por encima.
El pastel quedará bien mojado.
Aunque hay quien no quiere vino.
INDICACIÓN PARA LA VERSIÓN SIN FORRO: Si os decidís para hacer la versión sin forro tendréis que tener en cuenta lo siguiente: Tenéis que untar el molde con mantequilla deshecha.
A continuación enharinadlo y retirad el exceso de harina.
Verteremos la pasta dentro del molde...
... y lo hornearemos de la misma manera. Lo podéis acompañar con una copita del mismo vino dulce utilizado por la receta, ya sea Pedro Ximénez, moscatel, mistela, garnacha, etc... ¡Buen provecho!