Ya hemos visto como hacer unas Tartaletas de crema con fruta y chocolate muy interesantes. Hoy os traigo una variante de aquellas tartaletas de crema presentadas como un postre de músico. Ya sabéis que los postres de músico son unos postres que combinan frutos secos con una copita de mistela o moscatel.
Por lo tanto, he querido integrar el sorbo de moscatel en la tartaleta cambiando la textura del moscatel y convirtiéndolo en una gelatina. También necesitaréis tener hecha previamente la crema pastelera. La pasta brisa la podéis hacer en casa (es muy fácil) o también podéis comprarla ya hecha. El resto, se cuestión de poner imaginación. ¡Vamos!
1 plancha de pasta brisa
crema pastelera
frutos secos (nuez, almendra, avellana, pasas, higos, dátiles y piñones)
semiesferas de moscatel gelificado
gelatina de manzana
hojas de menta fresca
Variantes:
Podéis decorar las tartaletas de crema con los frutos secos que más os gusten
Empezaremos por estirar la pasta brisa.
Tenéis que procurar obtener un grosor de unos 3 o 4 milímetros aproximadamente.
Con la ayuda de una cuchilla o un vaso mismo...
... recortaremos porciones de pasta brisa...
... que colocaremos directamente en el molde.
El molde puede ser de cualquier material. Estos de silicona son ideales.
Si queréis saber dónde comprarlos visitad la web de Silikomart.
Como os comentaba en la introducción, ya tendremos hecha la crema del día anterior.
Llenaremos una manga pastelera y escudillaremos los moldes. Procurad no llegar hasta arriba de todo. Tenemos que llenar 3/4 partes de la tartaleta con la crema.
Una vez tengamos todas las tartaletas llenas, las colocaremos en una bandeja de horno y las coceremos durante unos 15 minutos a unos 200 grados aproximadamente.
Una vez cocidas, las dejaremos enfriar un rato.
La pasta brisa es muy fácil de desmoldar. No tendréis problemas.
Las reservamos.
A continuación, y con las tartaletas frías, acabaremos de llenar la tartaleta con más crema pastelera.
Ya las tenemos a punto para decorar.
Ahora, los frutos secos.
Preparamos el contenido de cada tartaleta. Todas tienen que ser iguales.
Si el dátil tiene hueso, lo tenéis que sacar. Hacéis un pequeño corte, sale fácilmente.
Y empezamos...
... para colocar un dátil y una semiesfera de moscatel gelificado.
Si cortáis los higos por la mitad quedarán más bonitos a la vista.
... ahora la nuez...
... y seguidamente la almendra, la avellana, unas pasas y unos piñones.
Por último, calentaremos un poco de gelatina de manzana para dar brillo al conjunto.
Bien cubiertos de gelatina.
Para no presentar todas las tartaletas iguales, he optado por hacer unas cuantas de crema quemada con fresa.
Sólo tenéis que poner un poco de azúcar y quemarlas, con pala o con soplete.
Perfecto.
El color de media fresa romperá la monotonía amarilla.
Y ya las podemos presentar en una bandeja adecuada.
Reservadlas en la nevera y no las conservéis más de dos o tres días: la crema y la fruta enseguida se ponen feas.
Y aquí tenéis una tartaleta de músico bien buena.
Evidentemente, un postre como este se tienen que maridar adecuadamente.
¡Buen provecho!