Hoy os traigo una forma diferente de comer calçots: en tempura. Pero no compréis los preparados para tempura que podéis encontrar en el súper. Os explicaré como hacerla al más puro estilo japonés con ingredientes bien sencillos.
Para hacer el plato un poco más cumplido, he querido acompañar los calçots con unos shiitakes y unos pimientos del padrón. La tempura japonesa se acostumbra a acompañar de salsa Tentsuyu (mezcla de Dashi, Soja y Mirin), pero como no podía ser de otra manera con esta fusión, la serviremos con nuestra salsa romesco.
Como la tempura se cuece rápidamente, el calçot en crudo os podría quedar poco cocido. Es por eso que os recomiendo cocerlo previamente, hervirlo un poco (escaldarlos) o cocerlos al horno. También podéis aprovechar calçots sobrantes de una calçotada ya cocidos. Esta receta es de aquellas que os hará ensuciar la cocina, eso es cierto, pero vale la pena, ¡creedme!
¡Vamos!
1 huevo entero
350ml de agua muy fría
250-300 g de harina
2 cucharadas de jengibre en polvo
2 cubitos de hielo
sal
aceite para freír
Variantes:
Podéis incorporar a la tempura cualquier otra verdura, cocida o no, en función del grosor que tenga
Podéis utilizar otros tipos de setas
Se puede añadir un chorro de sake a la pasta
Como os explico en la introducción, necesitaremos que los calçots estén cocidos. Podéis aprovechar los sobrantes de una calçotada.
De lo contrario, compráis un manojo de 25 calçots, y tendréis para 4-6 personas. ¡Ah! por cierto, primero ponéis agua en el congelador, para tenerla bien fría después.
Ahora toca preparar el calçot. Cortad la parte más verde.
Cortad también las raíces.
Ahora, hizo un ligero corte longitudinal sobre el calçot que os servirá para retirar la primera capa que descartaréis.
Notaréis que de esta manera resultará muy fácil pelarlo.
Seguidamente, lavadlo bien, que no quede nada de arena.
Si hace falta, retirad la parte más dura de la raíz.
Haced lo mismo con todos los calçots, con paciencia.
Y reservadlos bien limpios.
Cortad las setas por la mitad y las reserváis también.
No las tengáis demasiado rato hirviendo o se os desharán. Sólo queremos que queden blandas. Apagad el fuego y las escurrís.
Ahora toca preparar la pasta de tempura. En un bol bien frío, echad un huevo entero. Si es ecológico mejor.
Echad un poco de sal, como una cucharada de café.
Ahora tirad el agua bien fría, casi congelada. Aproximadamente dos vasos.
Mezcladlo muy bien, con ganas. La mezcla de huevo y agua se llama Tamamizu.
Añadid ahora dos cucharadas de café de jengibre en polvo.
Y la harina, que pesaréis previamente.
Reservadla a la nevera.
Poned a calentar una buena cantidad de aceite por freír. Entonces, enharináis ligeramente los calçots.
Ahora, echad un par de cubitos de hielo en la pasta de tempura, para asegurarnos de que se mantendrá siempre bien fría.
Y sumergid el calçot enharinado.
Cuando el aceite esté bien caliente, poned el calçot.
Para dar la forma característica de esta tempura hay que ir echando gotitas de pasta sobre el calçot friéndose. Le dais la vuelta y hacéis la misma operación.
Una vez estén dorados ya los podéis reservar sobre un papel absorbente.
Seguidamente, haced lo mismo con las setas y los pimientos.
Lo podéis freír todo junto.
Papel absorbente y, si queréis, un poco de sal.
Y finalmente, lo servís todo junto, con la salsa de romesco.
Buena presencia y muy bueno de sabor todo, ¡creedme!
¿Que como han quedado por dentro?... pues así, perfectos.
¡Ummmmm! ¡Cosa buena! ¡Buen Provecho!