Una receta bastante básica que permite degustar la carne de estos salmónidos. La trucha es el pescado azul que menos grasa tiene de todos (solo un 3% de grasa) y contiene Omega 3, muy saludable como ya sabeo. En nuestra cocina, la trucha fresca se come de muchas maneras: hecha a la plancha, a la espalda, al agridulce, con pasas y piñones, a la losa con beicon, con salsa de almendras, al horno e incluso en escabeche. A mí, sinceramente, no es un pescado que me encante, pero reconozco que bien preparado... se puede convertir en un plato más que recomendable. La trucha con ajo y perejil, está muy buena y sabrosa.
4 truchas de río sin espina
3 ajos
perejil
aceite de oliva
sal
Claro, empezaremos por ir al río a pescarlas. Tendremos que localizar un buen río... de agua fresca y clara.
Necesitaremos un "cabeza de turco"... que le diremos "gusano". Al fin y al cabo, yo pienso que es el que peor lo pasa, pobre animal. ¡Eso sí, también tengo que decir que muchos de estos gusanos parecen tener más vida que algunas personas que conozco!
... y un poco de suerte... claro...
Pero de sopetón, aparece un invitado sorpresa con el que no contábamos: ¡Un visón americano! Los visones americanos aprovechan cualquier oportunidad para llevarse las truchas ya pescadas. Este animal (introducido por accidente) es toda una plaga actualmente (declarado especie non grata por la fauna española) que está haciendo estragos debido a su agresividad con la fauna autóctona, y están desapareciendo especies como el cangrejo de río, las truchas y los propios visones europeos.
A pesar de ser un "mal bicho", que dirían algunos, no nos pudimos privar de darle unas "tripas" de trucha. Ya veis que tienen total confianza con los humanos.
Volvemos a casa con las cuatro truchas capturadas hoy. Primero de todo cortaremos la cabeza.
Luego, sacaremos los intestinos.
A continuación, sacaremos los filetes de la trucha.
Procurando extraer todas las espinas, que fastidian mucho en la comida.
Ya tenemos los filetes limpios de espinas. Los lavamos y los salamos un poco.
Mientras calentamos una plancha, haremos una picadita de ajo y perejil.
Hacemos las truchas a la plancha, bien caliente.
Primero, por una parte.
Y, luego, por la otra, hasta que tenga un color dorado. Y ya las tenemos.
¡Buen Provecho!