¿A quién no le gustan las trufas heladas? En ocasiones nos pasa que después de una buena comida ya no nos queda espacio para el postre. La trufa, a menudo, es un buen recurso. Cada vez es más habitual pedirse unas trufas de postre y compartirlas con toda la mesa. Y es que debido a sus reducidas medidas y a su intenso sabor consiguen satisfacer la necesidad que tenemos de postre. Y siempre se acaban, ¿verdad que si?
Pues hoy veremos cómo hacer las trufas heladas en casa con una receta de pastelería muy sencilla. Veréis que la receta no incluye azúcar. La cobertura de chocolate negro ya incorpora azúcar y no hay que añadir más. A pesar de ser un postre bastante calórico podéis rebajar unas cuantas utilizando cobertura de chocolate sin azúcar. El resultado, sueño unas muy buenas trufas, de aquellas que después de una comida te provocan el "mono", sobre todo sabiendo que las tienes en el congelador, esperando que las vayas a buscar. Con las cantidades propuestas en esta receta os saldrán unas 60 trufas. ¡A disfrutar!
400 g de cobertura negro al 80% de cacao
2 yemas de huevo
150 ml de nata para montar
100 g de mantequilla
400 g de fideos de chocolate
un chorro de licor (brandy, güisqui, ron, etc...)
Variantes:
Podéis rebozarlas directamente con cacao en polvo
Podéis utilizar cualquier licor o no poner
Podéis utilizar cobertura de chocolate sin azúcar
Preparamos y pesamos todos los ingredientes.
Como os decía, podéis utilizar cobertura de chocolate negro sin azúcar. De lo contrario, cualquier cobertura negra servirá.
Pondremos a calentar la nata dentro de un cazo.
La mantequilla, la cortaremos a trozos y...
Por otra parte, preparamos las dos yemas de huevos y descartaremos las claras.
Mientras se calienta, dejaremos preparada la cobertura de chocolate dentro de un bol que pueda ir a la nevera, las yemas de huevo, el licor y un batidor.
En cuanto hierva la nata, apagaremos el fuego.
A continuación, verteremos la nata hirviendo sobre la cobertura.
Y lo removeremos un poco. Notaréis que el chocolate se funde con mucha facilidad.
Con el batidor, aseguraos que no queden trozos de cobertura sin fundir.
A continuación, verteremos las yemas de huevo.
Y los integraremos bien con el chocolate.
Qué colores, ¿eh?
Seguidamente, echaremos un chorro de licor. En este caso, aproximadamente, he añadido medio carajillo de brandy.
Y lo mezclamos de nuevo, que quede todo bien integrado.
Dejadlo un rato a temperatura ambiente, que pierda el calor y, bien tapado, reservadlo en la nevera durante un par de horas aproximadamente.
Pasado este tiempo, ya podremos empezar a hacer las trufas. Notaréis que la textura es más sólida, pero siempre cremosa. Para decirlo claro, es como una especie de "nocilla" fría, vaya.
Prepararemos una bandeja con los fideos de chocolate.
Hoy en día los podéis comprar en cualquier supermercado.
A continuación, y con la ayuda de una cuchara de postre, iremos cogiendo pequeñas cantidades de trufa y las depositaremos sobre los fideos. No os paséis con la medida. Pensad que la trufa tiene que tener la mitad de la medida final de la trufa, que completaremos con los fideos. Una trufa grande no apetece tanto como una pequeña, ¿a que no?
Ahora, y con un poco de gracia, iremos rebozando las trufas con los fideos de chocolate.
Una vez bien rebozada, ya podréis darla una forma más redonda con las palmas de la mano, que no se os pegará.
Id colocándolas en otra bandeja para el congelador.
Quedan bonitas, ¿verdad?
Procurad hacerlas todas de la misma medida o tamaño.
Finalmente, sólo nos quedará ponerlas a congelar. Las podéis ir consumiendo poco a poco, ya que os aguantarán mucho tiempo.
Si queréis servirlas correctamente os recomiendo hacer uso de petit-fours, que podéis encontrar en muchas tiendas especializadas, incluso, en bazares.
Perfecto.
Ahora sí, ya las podemos presentar en la mesa.
¡Eps! ¡esperad! ¡esperad! ¡que nos falta la rama de menta!
Ahora sí, ya podemos disfrutar de unas buenas trufas heladas.
Tsch, y la copita de cava bien frío, ¿no?
¡Buen provecho!