Muchas veces he hecho referencia a este postre, por el que tengo una pasión importante. Habiendo sido pastelero y conociendo muchas elaboraciones dulces extraordinarias, podría decir que la piña con crema es mi postre favorito. La piña, además, ayuda a digerir y por eso acostumbro a utilizarla en comidas importantes y copiosas como las que hacemos por Navidad.
El azúcar hecho caramelo en el fondo ayudará a mitigar la acidez de la piña y el azúcar quemado de encima nos conservará el crujiente. Además, una de las ventajas de hacerlo así es que podéis tener la piña cortada y la crema hecha y preparar los vasos en 10 minutos de reloj, justo antes de llevarlo a mesa mientras los invitados hacen la sobremesa. ¡Espero que os guste!
Azúcar caramelo
1 piña natural madura
crema pastelera (receta de 1/2 litro de leche)
azúcar
menta para decorar (opcional)
Variantes:
Podéis remojar la piña cortada en dados con algún licor (ron, whisky, etc.)
Preparad la crema pastelera unas horas antes (mejor la noche antes).
Procurad encontrar una piña madura, dulce.
Cortad los dos extremos.
Pelad la piña.
Cortadla por la mitad.
De cada mitad, haced tres cortes longitudinales (de arriba abajo).
De los cortes más próximos al centro, retirad la parte más dura de la piña.
Cortad la piña en dados pequeños, al gusto. Reservad la piña en la nevera. Si queréis, podéis tirar un chorro de licor.
En un vasito, poned un poco de caramelo en el fondo. El azúcar caramelo es fácil de hacer. Además, lo podéis comprar ya hecho en el supermercado.
Ahora, poned la piña. Tiene que cubrir 3/4 partes del vaso aproximadamente.
Llenad una manga con crema.
Acabad de llenar el vaso con crema.
Os quedará así visto lateralmente.
Echad un poco de azúcar por encima de la crema.
Con un soplete, quemad el azúcar. Si no tenéis posibilidad de quemar la crema, podéis tirar un poco de canela en polvo para decorar. Pero recomiendo enérgicamente quemarla, si no pierde toda la gracia.
¡Una rama de menta fresca y hacia la mesa!
¿A qué entra por la vista? ¡Alucinaréis con el sabor que tiene!
¡Buen provecho!