Otro invento, aunque seguro que ya lo ha hecho alguien antes, por qué no tiene ningún misterio el plato. Es muy adecuado para presentar como entrante o para hacer un picoteo en un vermú. De ser, no deja de ser un «platillo» y se podría decir incluso que forma parte de la pastelería salada. Servidlo calentito y, si queréis también, le podéis hacer una base con una crema de espárragos, o de boniato, o tirar alguna salsita de roquefort por encima. Ya os lo dejo a vuestra imaginación.
1 plancha de hojaldre
300 g níscalo fresco
150 g champiñón fresco
100 g nata líquida
ajo y perejil
aceite de oliva
pimienta negra
pimentón dulce
sal
Antes de nada, prepararemos nuestros vol-au-vent de hojaldre. Tenéis que encontrar dos cortadores redondos: uno que sea el diámetro final y el otro que nos servirá para obtener la parte de encima que formará la pared del vol-au-vent. Como podéis ver, cualquier elemento que encontréis puede servir como cortador.
Eso es la tapa del tarro que tengo.
Se trata de colocar este tipo de aro... encima de una plancha. Los podéis enganchar mojando la capa inferior con agua. No hace falta ningún pincel, con los dedos lo podéis pintar.
Se tienen que cocer a 200 grados... durante unos 15 minutos aprox. Poco a poco... irán creciendo.
Perfecto. Los dejaremos enfriar encima de una madera. Ya habéis visto que con una sola plancha redonda salen como mínimo 6.
Si conviene, podéis aplastar la parte interna con los dedos, consiguiendo más volumen interior para rellenar.
Este año es muy malo con respecto a setas... pero he encontrado unos níscalos muy bonitos en el mercado. Vienen de Francia, claro.
No tienen ni un gusano.
Los haremos a trozos pequeños.
Y lo mismo con cuatro o cinco champiñones.
En una sartén con un poco de aceite, doraremos el ajo y perejil picados.
Seguidamente, incorporaremos los champiñones.
Casi al mismo tiempo, tiramos también los níscalos, lo removemos y esperamos a que suelten toda el agua que tienen dentro.
En el momento en que hay más agua de seta en la sartén, tiraremos la nata líquida...
... y rectificaremos de sal...
... y lo dejaremos cocer (removiendo) durante unos 3 o 4 minutos máximo. Hasta que la nata quede cocida. Os cogerá un color marronáceo muy interesante.
Ahora, ya podemos rellenar nuestros vol-au-vent.
He querido presentarlos en platos largos...
... con una pizca de pimentón en la base... y un chorro de aceite de oliva haciendo zigzag.
Acordaos de tirar un poco de pimienta negra por encima, recién molida, y un chorro de aceite de oliva.
Excelente. Los podéis calentar en el microondas justo antes de servir, si hace falta. Están buenísimos y quedaréis bien seguro. ¡Que aproveche!