Con esta receta de hoy he querido practicar la fusión catalano-japonesa. Se trata de un wok tradicional asiático pero también catalán por el hecho de incorporar la ñora y la fantástica gamba roja de Vilanova. De esta manera, por una parte, podéis disfrutar de lo que se espera de un wok y, de otra, también podéis disfrutar del acto de pelar las gambas y chupar las cabezas. ¿Muy catalán, verdad que si?
¿Que si se puede comer con palillos? si, pero también os tendréis que ensuciar un poco las manos. Aunque el plato incorpora bastantes ingredientes, se cocina rápidamente (preparación incluida). A mí, personalmente, es un plato que me gusta mucho. ¿Lo queréis probar?
15 gambas rojas
1 cucharada de Mirin
1 cucharada de soja Heinz
1 cucharada de soja Kikkoman
1 cucharada de harina de maíz
1/2 cucharada de pasta de ñora
1 trozo de jengibre fresco
1 cebolla tierna corte a trozos grandes
un puñado de ajos tiernos picadillos
1 guindilla picada
2 ajos cortados picados
el zumo de medio limón
aceite de oliva
Variantes:
Podéis pelar las gambas previamente y reservar las cabezas para hacer una salsa
Lavad las gambas.
Preparad el resto de ingredientes.
Utilizaré una guindilla verde, pero podéis utilizar el rojo también. La cantidad variará según el nivel de picante. Os aconsejo probar una puntita antes de cocinarlo y calcular la cantidad más adecuada.
Abridlo, retiráis las semillas y picadlo pequeño.
Lavad y cortad los ajos tiernos en tiras de unos 5 centímetros aproximadamente.
Cortad la cebolla en trozos grandes.
Pelad el jengibre fresco.
Y cortad unas tiras también. Si no os gusta tan grande lo podéis picar más pequeño.
Picad el ajo.
En un cuenco, echad la carne de ñora. La podéis comprar hecha.
Tirad el zumo de medio limón.
La soja Kikkoman es salada y es importante poner en un wok.
La salsa de soja Heinz es más dulce y tiene más cuerpo. La combinación de las dos se interesante.
El Mirin es un condimento de la cocina japonesa. Es un derivado del arroz. Hoy en día lo podéis encontrar en muchos supermercados.
Añadid el ajo, la guindilla y el jengibre.
Poned también la harina de maíz.
Y lo removéis bien, que quede todo bien integrado. No salarlo, ya que la soja es lo bastante salada.
Ahora, tirad las gambas dentro.
Removedlo con cuidado de no estropear demasiado las gambas, pero aseguraos que queden bien impregnadas. Dejadlas marinando de 20 a 30 minutos.
Una vez tengáis las gambas marinadas, poned a calentar el wok, a fuego muy fuerte.
Tirad un pequeño chorro de aceite de oliva.
Dorad la cebolla y el ajo tierno, removiendo. Y podéis tirar un punto de sal, pero poca.
En cuanto la cebolla cambie de color, tiráis las gambas. Y removed con cuidado, hasta que la gamba esté cocida.
Añadid los cacahuetes salados, que aportarán un necesario toque crujiente al plato.
Para darle un punto de brillo adicional al plato, deshaced una cucharadita de harina de maíz en medio vaso de agua.
Y lo vertéis dentro del wok.
Un par de vueltas más y ya lo podréis servir.
Yo he preferido servir este plato en una bandeja grande y compartirlo en la mesa.
Ahora ya es cuestión de ir probando los ingredientes con los palillos y, de vez en cuando, pelarse una gamba sin dejar de disfrutar de la cabeza y del hecho de lamerse los dedos.
¡Buen provecho!