Hacía tiempo que no utilizaba el wok y, como me acostumbra a pasar, me he vuelto a enganchar. Es una adicción cíclica que tengo con esta cocina. Ahora estaré una temporada haciendo woks, lo sé, porque me conozco. Hasta que me canse y lo deje por un tiempo. Soy así de tonto, mira. Pues hoy veremos como cocinar un plato de aquellos que enseguida entran por la vista y, sobre todo, por el aroma. Si os falta algún ingrediente que no tenéis habitualmente, no pasa nada, aunque enriquecen mucho el plato y le dan este punto diferente que hace que un wok sea una preparación particular para nuestro paladar. Al fin y al cabo, todos los ingredientes que os comento los podéis encontrar en cualquier supermercado hoy en día. Y si los tenéis, haréis más woks.
¡Todos a la cocina!
2 pechugas de pollo a dados
1 cucharada de ketchup
2 cucharadas de mirin
2 cucharada de vinagre de arroz
1 cucharada de jengibre en polvo
1 cucharada de azúcar
1 cebolla a trozos
1 cucharada de harina de maíz (tipo "Maizena")
medio vaso de salsa de soja
40 g shiitake deshidratado
2 dientes de ajo
ajos tiernos
aceite de oliva
Variantes:
Podéis añadir fideos chinos
Podéis poner un poco de chile picante
El jengibre al gusto, podéis poner más o menos
Si no tenéis mirin ni vinagre de arroz podéis poner vino blanco
Preparad los ingredientes.
Lo que tenéis que hacer primero se rehidratar las setas shiitake.
Lo tenéis que tener de 20 a 30 minutos hirviendo. Si lo preparáis el día anterior y lo dejáis descansar dentro del agua mejor todavía.
Ahora tenéis que preparar el adobo. Picad bien el ajo.
Echadlo en un bol y añadid el jengibre, al gusto.
Seguidamente el mirin.
Un par de cucharadas.
Ahora el vinagre de arroz, lo mismo.
Un par de cucharadas.
Ahora echáis el ketchup, que le dará un punto dulce y ligará la salsa.
La soja. Procurad que sea soja básica, no cremas de soja, ni soja dulce.
Medio vaso será suficiente.
Muy bien.
Para finalizar, un poco de azúcar.
Genial.
Ahora lo tenéis que remover todo junto y dejar reposar media horita.
Entre una cosa y otra, ya tendréis las setas a punto. Reservadlas. Podéis utilizar el caldo para licuar la harina de maíz (más adelante).
Cortad la cebolla a trozos. A trozos tipo "chino", ya me entendéis, ¿verdad?
Poned a calentar el wok y cuando esté bien caliente tirad un chorro de aceite de oliva.
Saltead los dados de pollo. No hace falta que pongáis sal. La soja se encargará de eso.
Cuando el pollo esté bien marcado, añadid las setas.
Y la cebolla. Saltead unos instantes todo, sin dejar de remover con la espumadera.
En el caso de hoy utilizaré unos fideos chinos ya cocidos. Pero podéis hacer esta receta sin los fideos.
Añadidlos directamente.
A continuación, remojadlo todo con el adobo que habéis preparado.
Mezcladlo bien. y removed hasta que se consuma todo el líquido.
Finalmente, tenéis que disolver una cucharada de harina de maíz en medio vaso de agua (o de caldo de cocer las setas).
Bien removido, en frío.
Añadidlo al wok.
Seguid removiendo durante unos instantes hasta que no quede líquido.
Notaréis que de repente todo liga y coge un espectacular brillo.
El toque final y crujiente será el ajo tierno cortado pequeño.
Por encima, sin miedo, en crudo.
Y como no, servís el plato bien caliente en la mesa. Un wok frío pierde toda la gracia.
¡Buen provecho!